El espejo de los otros

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Una mesa y varias historias

"El cenáculo" es un restaurante muy particular, situado en una vieja iglesia sin techo, con un escenario de enormes telones rojos, suntuosa vajilla, y una sola mesa. En esa solitaria mesa cenarán los particulares personajes de esta historia coral.
Una acaudalada familia dueña de un laboratorio, una pareja en un especial aniversario, una cita a ciegas y tres amigas que se reúnen serán los comensales de esta historia dividida en actos. Los dueños del restaurante serán una constante y los conductores de esta historia, dos hermanos bastante selectivos a la hora de aceptar una reserva en su negocio, y con algunas heridas del pasado sin curar, que los mantienen en constante tensión.
La iglesia gótica en parte derrumbada, y la recargada decoración del lugar ofrecen una atmósfera casi surrealista para todo lo que allí sucede, historias que incluyen amor, desamor, odios y traiciones en el medio de sofisticados platos y hermosas piezas musicales ejecutadas en vivo en el escenario del lugar.
Un variado elenco que incluye a importantes figuras como Norma Aleandro, Graciela Borges, Pepe Cibrian, Leticia Bredice y Luis Machín, entre otros, interpretan personajes estereotipados, que a causa del guión se ven muchas veces obligados a sobreactuar, y caer en interpretaciones maniqueas y acartonadas, con diálogos redundantes, como si fuera necesario aclarar una y otra vez lo que ya se ha dicho.
Una muy buena dirección, excelentes actores, y una soberbia escenografía son el marco de estas historias con algunos detalles interesantes pero poco creíbles, sin naturalidad, que recuerdan a los especiales de Alejandro Doria, allá por los años ochentas.
El gran trabajo del elenco saca a flote esta película, destacándose las actuaciones de Oscar Martinez y Julieta Díaz en el segmento mejor logrado del filme.