El espanto

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Creer o reventar

La excusa de investigar al respecto de curanderos y dolencias misteriosas en un lejano pueblo, son utilizadas para bucear en los misterios de las pequeñas miserias de las comunidades alejadas del mundanal ruido. De ello trata El espanto, un documental que logra adentrar al espectador en las vivencias, realidades, miserias de los llamados popularmente “infiernos chicos” de nuestro país; y bueno, imagino, serán en cualquier país del mismo modo, los espacios en que reside escaso número de pobladores y todos se conocen.

La herramienta de ejemplificación de las curas por fuera de lo establecido ayuda a que la historia haga buen pie, y las menciones respecto a la falta de importancia de la medicina tradicional frente a cierta idea de superchería muestra el modo en que se cura, o al menos cree hacerlo, la gente de pueblo.

La narración es ágil, el corte de edición atractivo y llevadero. Simula ir hacia un lugar y luego nos sorprende con un desvío en la búsqueda en lo que los personajes tienen para contar a través de los diferentes testimonios recogidos. Que no se cierre a una linealidad y deje una sorpresa en el cambio de rumbo suma puntos y, hasta me animo a decir, resulta algo risueño la el intercambio con el misterioso curandero de El espanto; dolencia que en realidad nadie sabe muy bien explicar de qué se trata.

En definitiva, El espanto es un documental que se deja ver y muestra realidades más o menos vistas desde una óptica que roza cierta mirada pícara sin dejar de ser veladora de con una mirada distintiva.

*Review de Gastón Dufour