El esgrimista

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Notable policial finlandés

Esta película es algo especial no sólo por lo original del tema, sino por la excelencia con la que está contada y filmada. El director finlandés Klaus Haro, que en 2003 fue ganador del festival de Berlín con su film "Elina", ahora demuestra un gran talento como narrador de una historia real sobre la vida en el régimen stalinista. La acción comienza a principios de la década de 1950 en un pequeño pueblo de Estonia, ex Unión Soviética, con un nuevo profesor de educación física de una escuela local. El protagonista, además de haber sido un famoso esgrimista en Leningrado, es un fugitivo de la policía secreta, pero termina arriesgando todo con tal de enseñar esgrima a un grupo de chicos que no se tiene ninguna fe.

"El esgrimista" funciona como un singular drama político-deportivo, y es notable cómo el director maneja esta combinación sin descuidar el retrato del personaje central y de los chicos esgrimistas, tejiendo el clima sombrío y de paranoia propio del régimen de Stalin. Lo hace sin cargar las tintas del caso, y se luce especialmente en las escenas de un certamen nacional en el que los espadachines de pueblo compiten contra los campeones de Moscú. La película es pequeña, pero las imágenes y sobre todo el montaje son grandiosos.