Escuadrón Suicida

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Un antídoto para los superhéroes aburridos

Amanda Waller (Viola Davis) tiene la terca idea de juntar a los más peligrosos villanos del universo DC para luchar contra las posibles amenazas que acechan Midway City. De entrada la Administración se niega a ser parte del proyecto, pero al desatarse una fuerza sobrenatural y un supuesto atentado al que las fuerzas del orden no pueden hacer frente, el Gobierno de Estados Unidos intenta autoriza a Waller a reclutar de las cárceles más vigiladas a un par de criminales y metahumanos para enfrentar la amenaza que intenta acabar con la humanidad.
Hasta este momento la trama de Escuadrón Suicida (Suicide Squad) funciona con normalidad, con muy buenas presentaciones de los personajes con flashbacks que nos adentran en las historias de cada uno (o casi todos) y con esa sensación de que David Ayer, su director y guionista, quisiera dotarle a la película de una vuelta de tuerca un tanto ajado de las adaptaciones de cómics. Pero lamentablemente queda solo en buenas intenciones.

Comencemos por la historia: en sí es bastante sencilla, por lo cual uno imagina que no habría mayores problemas. Pero los agujeros en la trama y la narrativa desordenada marcan uno de los puntos más flojos del film. El enfrentamiento entre el grupo y los soldados zombies ya dan cuenta de que algo no está bien. El guion circula por varias direcciones sin saber exactamente el motivo y queda en un gris sin arriesgarse a continuar con una estructura clásica (que mucho le viene funcionando a Marvel) o jugarse a cambiar.

Dentro de los personajes encontramos una carismática interpretación de Will Smith como Deadshot (se pone al hombro el equipo y es quien más se destaca del reparto) y a Margot Robbie como una Harley Quinn sexy, despistada y un poco bruta, quien está obsesionada con el Joker (Jared Leto) y seduce al resto de los personajes. Viola Davis está muy bien también en su papel de la retorcida y ambiciosa Amanda Waller, pero no deja de ser Viola Davis. El resto hace su paso sin pena ni gloria, no por carencia de actitudes para afrontar sus papeles, sino por decisión creativa de no otorgarles demasiada participación (como que en cierta ocasiones no saben qué hacer con tantos personajes). A Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), Boomerang (Jai Courtney), El Diablo (Jay Hernández) y Katana (Karen Fukuhara) se los logra desdibujar de la historia resumiéndolos a contados diálogos y participaciones poco activas. El caso más significativo es el de Slipknot (Adam Beach), al que ni siquiera se le otorga la oportunidad de tener su presentación. Y Cara Delevingne aparece por partida doble como June Moone y Enchantress, quien logra un mejor papel como la entidad maligna poseída gracias al CGI, que como la antropóloga a cara lavada, donde su falta de gracia es más evidente.

¿Y qué sucede con el Joker de Leto? Tanta publicidad, imágenes del actor filtradas o publicadas por él mismo, nos daban cuenta de que sería uno de los villanos más recordados de la historia cinematográfica. Pero no logra encontrar su espacio para hacerlo. Posiblemente Leto no esté a la altura del demente y anarquista Joker de Heath Ledger, pero tiene su propia identidad como para transformarlo en un gran personaje. Le faltó en Escuadrón Suicida motivos para su existencia y cuenta con poco tiempo para lucirse. Solo resta esperar a que sea la carta de presentación para un proyecto aún mayor.
El mismo desprecio se le otorgó a un personaje tan característico como Batman (Ben Affleck) quien aparece brevemente, pero es comprensible que su lugar se debe a un mero cameo para explicar algunas situaciones y de forma de poder enlazar seguramente con Liga de la Justicia (Justice League, 2017).

El soundtrack (que pueden escuchar ACÁ) pareciera haber sido compuesto y luego editado por alguien que conociera cómo llenar esos baches en la narrativa. Es innegable que la banda sonora está compuesta por canciones que si ya no son éxitos lo serán, al ritmo de constructores de conquistas en cadena como Lil' Wayne, Wiz Khalifa, Skrillex, Eminem, Imagine Dragons y la ayuda de clásicos como Creedence Clearwater Revival y “Bohemian Rapsody de Queen interpretada por Panic! at the Disco. Pero ya desde los primeros cinco minutos se evidencia un grito desesperado por hacer sonar los temas y direccionar el film hacia un costado popero y de videpclip.

David Ayer claramente quiso dotar a los personajes de una irreverencia contraria a los superhéroes aburridos y últimas películas basadas en cómics que pretenden ser épicas. Es un acierto que se haya querido centrar la trama en los personajes más que en una historia profunda y compleja. Eso explica mucho de por qué algunos villanos no aportan nada y se los pasó por encima.
La pareja entre Margot Robbie y Jared Leto es maravillosa, muy a pesar de que se optó por incluir poco al Joker. Pero cuando se encuentran juntos nos olvidamos del resto y consiguen un nivel de importancia que pocas veces sucede.

Por el lado de las escenas de acción, son más violentas que las que podemos ver en otras películas del género, y realmente son buenas. En conjunto con imágenes plagadas de grandes efectos visuales, mantienen un buen ritmo en general, es entretenida y es de los puntos más fuertes de la película.

Los fanáticos probablemente apreciarán a Escuadrón Suicida por la razón de intentar encarar algo diferente, dejar de ver por un rato la típica película de superhéroes y supervillanos, y que cada miembro del escuadrón tenga su propia historia, miedos y códigos. Llevarnos a conocer la propia naturaleza de cada uno.