Escuadrón Suicida

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El cine de superhéroes sigue sumando fichas a esta ola creciente de producciones en lo que parece ser el momento ideal para su crecimiento.
Dejando de lado rivalidades entre un bando comiquero y otro (movimiento que me es ajeno), el aporte de Escuadrón Suicida será el de sumar a una banda de villanos, más o menos conocidos, en una actitud heroica, pero sin perder su estilo e idiosincrasia como tales.
Ubicada en el universo de DC - después de los eventos vistos hace muy poco en Batman vs Superman: El Origen de la Justicia – la historia se sitúa en el corazón de Midway City y cuenta la unión de cinco supervillanos, más dos colaboradores, reunidos en un grupo de tareas gubernamental conocido como Fuerzas Especiales X, o Escuadrón Suicida.
Ya no alcanza con ver un superhéroe y un villano por película, es tiempo de los assemble, reuniones de varios, todos contra todos, caras conocidas de un lado y del otro que se unen por un objetivo mayor o se enfrentan entre sí. Claramente Suicide Squad responde abiertamente a esta idea.
El hilo conductor será la inescrupulosa Agente Federal Amanda Waller (Viola Davis) quien pretende formar un grupo de tareas especiales formado por supervillanos encarcelados, obligándolos a colaborar con el Gobierno a cambio de una reducción de condena y otras falsas promesas. A cargo del mismo quedará Rick Flag (Joel Kinnaman), un agente de alto rango, soldado, que acata las órdenes de Waller pese a no coincidir con algunas de ellas. Estos dos personajes serán uno de los aciertos del film, no son nobles ni pulcros moralmente, todo lo contrario, se cubren uno al otro por lo que llaman un bien mayor, la ambigüedad queda expuesta en ellos.
Waller y Flag convocan a Deadshot (Will Smith), asesino a sueldo de infalible puntería; Harley Quinn (Margot Robbie), desquiciada novia de El Joker (Jared Leto); Capitán Boomerang (Jai Courtney) ladrón de cajas fuertes australiano; El Diablo (Jay Hernandez) pandillero con el poder de generar y controlar fuego espontáneo; Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) quien sufre una extraña condición que lo convierte en una suerte de poderoso reptil; y la Doctora June Moore (Cara Delevingne), antropóloga y aventurera poseída por el espíritu ancestral de Encantadora o La Bruja. A ellos se les suman dos colaboradores foráneos, Katana (Karen Fukuhara) temible espadachín vengadora; y Slipknot (Adam Beach) un mercenario especialista en escapismo.
La idea es utilizar a Encantadora y su poder de teletransportación para acceder a unos peligrosos planes y desbaratar un mal que puede ser mucho peor que estos villanos estrictamente controlados. Pero ya se sabe, los planes infalibles no existen, siempre hay algo que puede salir mal…
El director David Ayer (Fury, End of Watch, Street Kings) recarga la escena de acción constante. Escuadrón Suicida es una película en la que casi permanentemente está sucediendo algo, y casi siempre incluye balas, explosiones, una batería de FX, y un ritmo acelerado; sin embargo, no se torna confusa, por más que su argumento se dispara hacia varios lados.
El protagonismo de los personajes no está balanceado, Deadshot y Harley Quinn son los que resaltan en la historia. De aquí que las composiciones de Will Smith y Margot Robbie sean de lo mejor del film, junto a una Viola Davis ajustada y compenetrada en ese témpano de debe ser Waller, y un Jai Courtney que merecía más espacio pero funciona a modo de comic relief. June Moore es otro personaje muy atractivo, y Delevingne (que proviene más cerca de modelaje) le otorga algo de carnadura y misterio, pero se resiente de estar recargada de agregados digitales, más aún cuando avance el argumento.
Estéticamente también luce muy cuidada, plagada de luces fluorescentes, escenarios sucios, y una banda sonora con clásicos del pop/rock, la potencia está asegurada.
Sin embargo, hay en ella una suerte de autoconciencia de no ser el film principal de la factoría en este año. Nunca deja de ser entretenida, ligera y sumamente llevadera, pero también es algo menor respecto al espectáculo brindado por Zack Snyder en BvS.
Hay algunos personajes a los que les falta desarrollo, que desaparecen del plano demasiado rápido o nunca llegan a explotar como deberían, hay algún agujero en el guion (típico de estas películas de superhéroes), y un sobrecargo en lo digital que hace que el producto pierda fuerza.
El guion, también realizado por Ayer, pareciera cobrar fuerza cada vez que se centra en los personajes, y se debilita cuando pasa al plano general del combate que deben enfrentar.
Por suerte hay algunas escenas para mostrarlos como humanos, en donde se baja un mínimo cambio, un entorno cercano al policial que la hace atrayente; y algo que caracteriza a los films de DC, épica, momentos de emoción aún en personajes que parecerían despreciables desde sus actitudes. Hay un sentido de la redención, aunque sea momentáneo.
Para los fans está el agregado de las apariciones especiales, Ben Affleck/Batman hará su presentación, lo mismo Flash, y todo dará pie el gran plato que será La Liga de la Justicia.
Falta hablar del personaje del que mucho se ha hablado, el Joker/Guasón que presenta Escuadrón Suicida es quizás el que esta película joven, dinámica e irreverente necesita, una suerte de Scarface pintado, un pimp, un matón histriónico. Jared Leto quizás no esté mal en su composición, pero el personaje se desluce frente a otras imágenes anteriores de este icónico bufón del mal.
Escuadrón Suicida cumple, ofrece un gran entretenimiento y tiene todo lo que se pide de este tipo de películas. No le sobra demasiado, pero con lo que tiene para dar está a la altura de ser una digna rival. Con eso es suficiente, no parecieran buscar mucho más.