El escuadrón suicida

Crítica de María Paula Rios - Admit One

Pop y demencial.

Un desparpajo de principio a fin la acertada incursión de James Gunn al universo DC. ¿Su cometido? Revitalizar, y darle su impronta, al regreso de esta banda antiheroica con mucha acción clase B (a esta altura una noción más estética y conceptual que presupuestaria) y humor absurdo.

La escena inicial, con Savant en el patio de la prisión perfeccionando su puntería con una pelotita naranja que acierta en varias cruces dibujadas en la pared, y que culmina con la sangrienta muerte de un hermoso pajarito (no se angustien, se hará justicia), es apenas la punta del iceberg de esta historia que transitará este grupo heterogéneo convocado por el gobierno de los EEUU.

O sea, el gobierno reúne a un grupo de supervillanos provenientes de la cárcel, con el cometido de llevar a cabo una misión sumamente peligrosa, en una isla caribeña llamada Corto Maltese, en la que ahora gobierna un dictador que repele a los Estados Unidos. Sin dudas allí sucede algo extraño, más aún desde el momento que el lugar es sede de una instalación en donde desde hace varios años, se realizan experimentos con humanos y alienígenas.

Es así que este clan, por supuesto disfuncional, se embarca en la misión a la isla. Hablamos de la carismática Harley Quinn (Margot Robbie), que inclusive enamora al dictador; Rick Flag (Joel Kinnaman); y se incorporan Bloodsport (amamos a Idris Elba), Peacemaker (John Cena); el hombre lunar, Polka-Dot Man (David Dastmalchian); la millennial Ratcatcher 2 (Daniela Melchior); y King Shark (con la voz de Sylvester Stallone), entre otros.

Un disparate, en el buen sentido, con un timing comiquero y ágil donde se sucede la acción sin respiro, entre chistes que funcionan y las escenas más bizarras que puedas imaginar. Aire fresco para las películas de DC. Otra impronta, claro que se vincula con la estética popera del director en sus otras obras. Popera, trash y slasher, porque en Escuadrón Suicida 2 la sangre corre como agua, así como las explosiones de cerebros y los cuerpos mutilados.

Como si estuviéramos dentro de un cómic y lo más inesperado puede suceder. Por ejemplo, que una estrella de mar alienígena se alimente de cerebros humanos y quiera dominar la tierra; o que nuestro monstruo sea atacado por un ejército de ratas y lunares de colores laser; también que la sangre se transforme en coloridas flores… Bienvenido James Gunn al universo DC.