El dictador

Crítica de María Gabriela Losino - Cine y más...

Tras su participación en "La Invención de Hugo Cabret", Sacha Baron Cohen vuelve al cine con el humor polémico y provocador que lo caracteriza. Al igual que en "Borat: El Segundo Mejor Reportero del Glorioso País Kazajistán viaja a América" (estrenada en 2006) y "Brüno" (editada en la Argentina para el video hogareño en 2009), el actor británico vuelve a las andadas al abordar conflictos culturales, religiosos y políticos del mundo actual... y arremetiendo especialmente contra la cuestionada política exterior de los Estados Unidos.

En "El Dictador", film en el que vuelve a trabajar bajo la dirección de Larry Charles (productor ejecutivo de las series "Mad About You", "Seinfeld" y "Curb Your Enthusiasm"), Cohen interpreta al Almirante General Haffaz Aladeen, un dictador que se asegura que la democracia nunca llegue a Wadiya, un país situado al norte de África y muy rico en petróleo.

Dado que las Naciones Unidas demanda que el líder supremo y amado opresor se presente en Nueva York en una reunión para exponer una explicación sobre los asuntos de su país, especialmente lo relacionado al desarrollo secreto de armas nucleares, Aladeen viaja junto a su Tío Tamir (Sir Ben Kinglsey), su confiable consejero -y también Director de la Policía Secreta, Jefe de Seguridad y Proxeneta de Mujeres- para resolver las inquietudes del organismo.

Una vez allí, él y su séquito no son recibidos cálidamente, ya que la ciudad está repleta de exiliados de Wadiya que anhelan ver a su país libre del despótico régimen de este dictador que termina siendo secuestrado y reemplazado por un doble que firmará por él el documento oficial que establecerá el inicio de la democracia.

A partir de ese momento, el protagonista deambula por las calles de Manhattan como un refugiado más del estado que él mismo tan "amorosamente" oprime, para tratar de recuperar el poder que le pertenece. Claro que en el medio de esta historia irreverente sobre los líderes de países dictatoriales, hay espacio para la fórmula de la comedia romántica, ya que cruza su camino con Zoey (Anna Faris), una joven activista ecológica a la que conoce en una manifestación en las afueras del edificio de las Naciones Unidas.

A diferencia de las películas anteriormente mencionadas, "El Dictador" representa lo mejorcito de las ácidas, críticas y bulgares propuestas de Baron Cohen, ya que aquí, el ingrediente extra es el desarrollo de una historia mucho más inteligente y una producción más cuidada. No les gustará a muchos pero los que eligen ver una de Sacha, saben lo que van a encontrar.