El día después

Crítica de Manuel Esteban Gaitán - Conexión Cultural

El Día Después es la nueva cinta del prestigioso director sur-coreano Hong Sang-Soo, quien en el mismo año filmó En la Playa Sola de Noche y La Cámara de Claire. Si bien no ha obtenido muchos premios a lo largo de sus poco más de 20 años de trayectoria (debutó en la dirección con El Día que un Cerdo Cayó al Pozo, en 1996), Hong Sang-Soo, tanto en esta ocasión, como en muchísimas otras, ha entrado en consideración de las selecciones de Cannes, obteniendo incluso en 2010 el galardón Un Certain Regard, por su cinta Hahaha, así como ha sido reconocido en múltiples ocasiones por su labor como director; en 2016 en El Festival de San Sebastián, por su película Vos y los Tuyos, en 2013 en Locarno, por Our Sunhi, y El Astor de Plata a Mejor Dirección en 2006, por Mujer en la Playa.

Mediante un clima pausado, y la presencia de un blanco y negro nítido, relajante, Hong Sang-Soo nos induce en su nueva cinta, pidiendo al minuto cero la atención del espectador, que no debe pasar por alto, ni obviar, no sólo acciones, sino hacia donde llevan los diálogos, que por momentos son de vital importancia, y en otros danzan en la intrascendencia, dejando en claro que el nivel de atención no puede decaer, en ningún momento. La historia trata sobre un hombre que comienza una relación amorosa con una empleada de su editorial, e intenta ocultarlo a su mujer. Tras una situación que parece insostenible, contrata a una nueva chica, sumamente agradable, y que parece la indicada para el empleo. No obstante, apenas pasadas unas horas, la mujer del jefe irrumpe en la editorial, y agrede a la chica nueva, pensando que ella es la amante de su marido, sin siquiera percatarse de su falsa conclusión.
Tras las aclaraciones, pareciera que las cosas retoman su rumbo original, pero el clima laboral cambió tras la brusca aparición de la mujer, y lo que en un principio se presentaba como una relación laboral sana y satisfactoria de ambas partes, a partir de allí toma una nueva dirección, y el retorno será difícil, mas ante la aparición póstuma de la amante, que a la larga exigirá su viejo empleo.

Sin duda el foco que infiere Hong Sang-Soo esta puesto en el entramado de las relaciones, en el desgaste que pueden sufrir las mismas, y en como ante alguna decisión errónea, todo puede llevar a lugares inesperados, más si uno no tiene total consciencia en el accionar. Los diálogos cumplen una función esencial, generando momentos de reflexión, que invitan un poco al espectador a ser parte de los mismos. No obstante, en otros momentos desvarían, y pueden llegar a desviar la atención, y ese es sin dudas el punto más flojo de la película, que pese a algún exceso en lo mencionado, nunca llega a aburrir, puesto que de alguna forma, Sang-Soo remonta la historia, y se acomoda de inmediato. No obstante, aclaran un poco el pensamiento de cada uno de los protagonistas, cuestiones que hablan de creencias religiosas, sentido de moralidad, y razonamientos acerca de por que razones vale la pena vivir. Si bien hay momentos de tensión, generado por algunos diálogos fuertes, eso también ayuda a interpretar la historia y sus laberintos. Los enfoques de cámara a veces también ayudan a la incomodidad, y ese aumento de tensión, desviándose por momentos directamente al rostro de los protagonistas, y remarcando sus gestos, facciones y sensaciones.

Sin ser una obra magistral, El Día Después, es una cinta amena, con momentos de sumo interés, y una historia simple, pero con dosis breves que la dotan de cierta emotividad, e invitan al espectador a ser parte de ella, siempre y cuando uno se deje llevar, y tenga alerta esa capacidad perceptiva.