El destino de Júpiter

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Una despareja aunque visualmente deslumbrante aventura espacial a cargo de los hermanos Wachowski.

Jupiter Jones nació en un barco en medio del océano, bajo un cielo estrellado que predecía un futuro brillante. Pero hoy su realidad es otra, debe trabajar de sol a sol junto a su madre limpiando las casas de otras personas. Hasta que aparece en escena Caine, un ex militar genéticamente modificado que llega a la tierra en su búsqueda y le revela su verdadera identidad: Jupiter es una de las personas más importantes del universo y deberá reclamar su herencia para restaurar el balance del cosmos.

Acenso y caída de Júpiter

El Destino de JúpiterLos hermanos Andy y Lana Wachowski demostraron con la saga Matrix (especialmente la primera) que son capaces de crear nuevos y originales mundos con una mitología y reglas propias. Quizás por esta mismo razón uno todavía no terminaba de descartar por completo a El Destino de Júpiter, una película que los avance no hicieron demasiado por vendernos y que con su retraso de seis meses solo alimentó nuestros peores temores.

Oficialmente este retraso fue para pulir los efectos especiales, mientras que la versión extra-oficial habla de los Wachowski siendo relegados de la mesa de edición. Viendo el productor terminado la versión no oficial toma mayor fuerza en mi cabeza, ya que me resulta difícil entender como dos directores que nos entregaron algunos de los trabajos más complejos dentro de la ciencia ficción moderna, harían una película tan grande en escala y a la vez tan simple y efímera.

Hay una película más grande (y hasta me animaría a decir que mejor) tratando de salir a la luz en El Destino de Júpiter. Hay momentos brillantes seguidos de otros que nos dejan rascando la cabeza mientras intentamos entender el porqué de su existencia. Hay un mensaje y una temática clara, hay hermosos paisajes espaciales, hay escenas de acción que nos quitan el aire, hay sátira, hay humor absurdo y hay mucha pero mucha imaginación. Pero la película nunca llega a funcionar realmente. Todo se siente como un interesante conjunto de ideas pero sin conexión. El film pareciera buscar recorrer un terreno similar al de otras aventuras espaciales como Star Wars, pero siempre algo sucede que la hace retroceder y volver a empezar. Hay, por ejemplo, una secuencia de humor sumamente absurdo y satírico que pareciera salida de La Guía del Viajero Intergaláctico y que termina siendo un claro homenaje a Brazil de Terry Gilliam, con el propio director teniendo una breve aparición. El Destino de Júpiter es una película de extremos, y se pasea de uno a otro frente a los ojos déjanos desorientados por momentos.

Channing Tatum hace lo que puede y pone lo que mejor que tiene en su personaje de Caine que -debo decirlo- resulta un tanto ridículo. Desde sus orígenes hasta su apariencia, algo nos da la sensación de que no encaja del todo en el relato. Mila Kunis tiene la difícil tarea de ser, en muchas oportunidades, el descanso cómico de la película, pero desgraciadamente Mila está muy lejos de ser Amy Poehler o Tina Fey. Aunque un poco desaprovechados, quizás los mejores trabajos sean los de Sean Bean y Eddie Redmayne en papeles secundarios. Bean como un aliado de Caine y Redmayne como el villano de turno, tienen entre ambos algunas de las escenas mejor logradas de la película.

Pero a pesar de estas fallas los Wachowski mantienen el film de pie y siempre en movimiento. La duración (un poco superior a las dos horas) es la justa, y aunque no puedo decir que se pasan volando, tampoco llegaría al extremo de decir que aburre. El buen uso del 3D, sobre todo en escenas de acción, el espacio y otras en donde el tiempo se congela, está en verdad muy bien logradas y demuestran que a veces el formato, aunque no sume a la historia, le agrega espectacularidad a la imagen.

Conclusión

El Destino de Júpiter tiene todos los ingredientes para ser una divertida aventura de ciencia ficción, pero nunca logra que funcionen todos juntos. A diferencia de Guardianes de la Galaxia, donde el humor estaba integrado a la historia y fue en gran medida parte de su éxito, aquí parece ajeno al relato y por momentos hasta incómodo. Pero a pesar de que el resultado final se siente diluido y rebajado para que pueda ser disfrutado por jóvenes o adolescentes, a grandes rasgos se puede apreciar lo que los Wachowski estaban intentando. Y tampoco podemos dejar pasar el hecho de que esta es una historia completamente original pensada por los directores, algo que en esta época tan adicta a las adaptaciones, remakes y secuelas es digno de valorar.