El descenso 2

Crítica de Diego Lerer - Clarín

Entre las sombras

Secuela de la película de terror de culto, con nuevas aventuras bajo tierra.

Para muchos, El descenso , de Neil Marshall (2005, pero estrenada aquí en febrero de 2006), es un clásico del cine de terror contemporáneo. Hecho con poco presupuesto, en Inglaterra, el filme se destacó por acercarse a los miedos primarios de la caída en un abismo de una manera original, haciendo de sus pocos recursos su valor principal. Esto es: el miedo a lo que no se ve. Aquella era, literalmente, una de las películas más oscuras en mucho tiempo.

Ya sin Marshall, dedicado a películas más grandes (y con más luz) en las que no parece estar yéndole demasiado bien (su última película, Centurion , fue un raro caso de una gran producción que tuvo una limitadísima salida comercial), El descenso 2 cayó en manos aparentemente confiables y con experiencia: las de Jon Harris. Si bien se trata de su opera prima como realizador, Harris es montajista de filmes de Guy Ritchie, Matthew Vaughn, la original El descenso y la nueva película de Danny Boyle, 127 horas , donde también tiene que lidiar con crear tensión en pequeños y cerrados espacios.

La secuela del filme de Marshall arranca donde la anterior terminaba. Una sobreviviente (Shauna MacDonald) de ese descenso a los infiernos oscuros y plagados de repugnantes criaturas todavía está en shock por lo sucedido cuando es forzada por un equipo de rescate a volver para ver qué pasó con sus amigas que, aparentemente, fueron liquidadas por las criaturas de las cavernas. Y ella, aún atontada, entra nuevamente para encontrar que sus traumas siguen creciendo, que los bichos siguen ahí y que esta vez, por suerte, hay más linternas para repartir.

El filme funciona de manera similar al anterior (de hecho, hay varios minutos de escenas del original a modo de flashbacks), sólo que ya la sorpresa no está ahí, y los sustos se han vuelto algo más previsibles. La mayor producción casi que le juega en contra, porque si algo impactaba en el filme original era el terror causado con mínimos recursos.

Aquí, otra vez tendremos una primera mitad de suspenso y algo parecido a desarrollo de personajes seguida de una segunda parte de batallas con bastante contenido gore para el deleite del espectador fanático del género.

Harris ha hecho una secuela eficiente y sin mucho vuelo, casi para salir del paso, y no sorprende que en los Estados Unidos, por ejemplo, haya salido directamente en DVD. Lo suyo no es la dirección de actores (sólo basta ver un filme detrás del otro para darse cuenta) y sí se lo nota más en su elemento a la hora de crear tensión. De esas que alcanzan para pegarte unos sustos una nochecita oscura en el living de tu casa.