El Crazy Che

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Visión del cine

Se estrena El Crazy Che, documental de Pablo Chehebar y Nicolás Iacouzzi, que narra la increíble vida de Bill Gaede, un espía industrial argentino.
Hay historias que son más extrañas que la ficción. Si alguien decidiera ficcionalizar la vida de Guillermo “Bill” Gaede posiblemente le sería bastante dificultoso conseguir algún productor que no cuestione la verosimilitud del relato. Pero es así. El Crazy Che existe y camina entre nosotros como un ciudadano más.

El film dirigido por Pablo Chehebar y Nicolás Iacouzzi es un documental con algunos momentos de recreación de escenas, diseñadas a través de animación. Estamos ante una historia de espionaje. Gaede es un ingeniero electrónico que trabajó paralelamente en Intel y AMD durante los años 80. Después de vender información cibernética, sobre un nuevo chip, a ambas compañías en forma simultánea, no tuvo mejor idea que ofrecer, solo por motivos ideológicos-políticos, su conocimiento a las Embajadas de Cuba y la Unión Soviética, en plena Guerra Fría.

EL FBI dio con el paradero de Gaede y le ofreció ser un espía para ellos. Pero “Bill” en cambio empezó a “vender” secretos del FBI -y más tarde de la CIA- a los soviéticos. Sí, estamos ante un doble agente industrial o ante el mayor “vivo” que se vio nacer en territorio argentino.

A partir del punto de vista de Gaede, los directores construyen un relato prácticamente unilateral -esa hegemonía del personaje es también su mayor limitación narrativa- donde el protagonista cuenta su historia, interrumpida brevemente por las mencionadas recreaciones animadas que le adhieren un poco de tensión y suspenso al relato; momentos costumbristas, que demuestran la vida cotidiana actual del personaje, y pequeñas intervenciones de su mujer y otros compañeros de la vida, que se fueron enterando de las actividades de Gaede con el paso de los años.

Sin embargo, el punto más álgido del documental son las propias grabaciones que Gaede realizó con una cámara casera, registrando las entrevistas inéditas y ridículas que sostuvo con el FBI. Sí, un argentino engañando a las organizaciones caza espías y criminales más importantes del mundo, es algo que no se puede dejar pasar.