El conspirador

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

De propios y extraños

Hay momentos en donde Hollywood retoma o toma "personajes" para llevarlos a la gran pantalla. Marylin Monroe y una película terminada que aún no se han estrenado en nuestro país y otra que navega buscando una financiación, las dos versiones de Blancanieves, Linda Lovelace y sus dos films en pleno rodaje y el que aquí nos ocupa sobre la imagen de Abraham Lincoln son claros ejemplos de lo que comento más arriba. El Conspirador, más allá de que su protagonista no es el mismísimo Lincoln, ronda alrededor de la figura del decimosexto presidente de los Estados Unidos y su asesinato. Este año también llegará a nuestras carteleras Abraham Lincoln: Vampire Hunter, en una especie de intento de introducir al mandatario encargado de abolir la esclavitud al ajusticiamiento de los vampiros, mientras que a comienzos del año entrante Spielberg también traerá nuevamente a la gran pantalla al citado Lincoln interpretado por Daniel Day-Lewis.

El Conspirador nos va a mostrar el injusto enjuiciamiento, justificado por mantener el orden nacional, que recibe Mary Surratt por participar en la conspiración que derivó en el asesinato de Abraham Lincoln.

Siguiendo en la línea de su ya conocido clasicismo, Robert Redford expone con una sabia mirada crítica el intervencionismo y la violación en la independencia de poderes en el citado juicio. El soldado del norte, Frederick Aiken, al finalizar la guerra civil deja de lado su rango para volver a ser un joven abogado que trabaja para el senador Reverdy Johnson y que tendrá la difícil tarea de representar a Surratt. A pesar de no creer en lo más mínimo en su inocencia y no querer defenderla justamente por esa razón, Aiken lleva adelante su juramento como abogado y expone en la defensa de la acusada, encontrando en el paso de los días de juicio que no todo es tan blanco ni tan negro. El tema acá (y esto es lo atrayente del film) no es si Surratt es culpable o inocente, sino la injusticia con la que es tratada dejando de lado un enjuiciamiento con garantías de parcialidad, generando una interesante molestia e incomodidad que nos deja bien en claro el acertado punto de vista revisionista de su realizador. Eso es justamente lo que impulsa a Aiken a defenderla con uñas, dientes y principalmente integridad, aunque a medida que avanza su defensa comienza a alejarse de quienes eran sus compañeros en la guerra y acercándose a quienes eran sus enemigos en el campo de batalla. Es decir, cuanto más cree en su caso más extraño es para sus propios y más propio para sus extraños.

Hay una intromisión de la luz en la puesta en escena que me resultó hermosamente llamativa por como termina difuminando el contorno de todo lo que toca. Es como si por medio de la luz "solar" Redford intentase clarificar tanta turbia oscuridad que encontramos en el juicio.

James McAvoy, Robin Wright, Evan Rachel Wood, Tom Wilkinson y Danny Huston componen el espectacular elenco que ejecuta a la perfección unas contenidas caracterizaciones que acompañan el ritmo narratorio de esta muy buena propuesta que lamentablemente se hizo esperar para estacionar en nuestras carteleras y sorprender a propios y extraños.