El conjuro

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Pesadilla contada con estilo clásico

Los fans del cine de terror van a reconocer los elementos que se suceden en esta intensa "El conjuro". Empezando por "Amityville", el cine fantástico de comienzos de la década de 1970 sirve de fuente a esta excelente película que tiene la gran cualidad de elegir un estilo clásico para ir armando su formidable pesadilla. Y otra gran virtud: utilizar esos elementos conocidos de maneras imprevisibles.

El prólogo, más que contundente, muestra el caso de una muñeca embrujada que aterroriza a un grupo de jóvenes enfermeras en un departamento. El matrimonio formado por los expertos en lo sobrenatural Lorraine y Ed Warren (Vera Farmiga y Patrick Wilson) da una conferencia explicando cómo solucionaron el caso, y en esta primera parte de la película, el espectador ya puede apreciar el impactante uso de los efectos de sonido que recuerda los creativos rubros técnicos de "El exorcista".

Pero la película no trata sobre esta horripilante muñeca, sino sobre una casa embrujada cuyos horrores van aterrorizando lenta pero implacablemente a una familia que termina pidiendo la ayuda de los investigadores. En un momento determinado, el guión del mismo director James Wan combina astutamente ambos relatos en una de las escenas más logradas de uno de esos films que asustan en serio a través de recursos ciento por ciento cinematográficos, desde la dirección de fotografía en adelante, y sin apelar casi al gore.

James Wan se hizo conocer por "El juego del miedo", pero luego de este festin de truculencia gratuita empezó a orientarse hacia otro tipo de cine, con un un gran ejemplo en "La noche del demonio" (Insidious) que proponía un tipo de terror más sutil e inteligente, y es el que vuelve a exhibir en esta aún más lograda "El conjuro". Las brillantes actuaciones de todo el elenco, empezando por Farmiga y Wilson y con un gran trabajo de la talentosa Lili Taylor como la madre de familia de la casa embrujada, terminan de volver totalmente recomendable una película que sería una obra maestra si no fuera por algunas explicaciones demasiado tiradas de los pelos acerca de los fenómenos paranormales que se describen.

Pero lo mejor de "El conjuro" es el uso de la luz, o mejor dicho su ausencia, con climas visuales que sí o sí deben apreciarse en la pantalla grande de un cine antes de ser vueltos a ver una y otra vez en DVD.