El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Tercera película de la saga de El conjuro (The Conjuring, 2013). Su creador original, James Wan, no regresa a la dirección, pero es el productor y uno de los creadores de la historia. Para los interesados en saber si es coherente con la clase de terror de los films anteriores la respuesta es sí. Una vez más estamos frente a una película cuyos efectos visuales se mantienen dentro de lo mínimo y necesario y los efectos especiales, los que se hacen durante el rodaje, trabajan con la vieja escuela.

Una vez más los protagonistas son el matrimonio Warren. Lorraine (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson) son una pareja de la vida real que ha sido la inspiración para estos films. Sus investigaciones e incluso el asesoramiento de ella han sido parte esta saga de terror. El film comienza con el exorcismo de un niño y las derivaciones que ocurren a partir de allí.

En la escena inicial la película homenajea a El exorcista con un plano del cura en la puerta de la casa y lo que sigue, aunque no pueda compararse con el film de William Friedkin tiene una efectividad que el cine de terror en general ha perdido. No es poco intentar narrar una película en serio, no ser solo la suma de escenas de sobresaltos.

Una vez más, tener buenos actores y rostros conocidos le funciona muy bien a los films de esta serie. Acá la trama, sacada de uno de los casos de los Warren, gira en torno a un homicidio ocurrido en 1981, donde el acusado dijo haber sido obligado por una entidad demoníaca. Los Warren había participado del mencionado exorcismo que era del hermano menor del acusado de homicidio. La película consigue mezclar los elementos de la vida real con la trama de terror sin problemas. Hay que entregarse y creer en este juego ya que realmente está basada en hechos reales. Es decir, parte de algunos hechos reales, el resto claramente es cine.

Sin tener le impacto del primer film, es saludable que una saga hecha con talento tenga tanto éxito. Nada justifica hacer películas malas, ninguna excusa. A El conjuro 3 le sobra para estar muy por encima del promedio general del género de las últimas décadas.