El conjuro 2

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

James Wan vuelve a mostrar que es “maestro en el terror”

Aunque está dando un giro a su carrera con la acción, el malayo sigue dando motivos para asustarse.

El terror que propone El conjuro 2 consiguió ubicarse como la propuesta preferida del público local que concurre a los cines argentinos, al ser vista por 484.059 personas.

El cómodo liderazgo del filme dirigido por James Wan que también encabezó la venta de localidades en Estados Unidos y Canadá, tuvo como escolta al título que perdió el primer lugar: Alicia a través del espejo, que ocupó 114.055 butacas.

Los datos aportados por la consultora Ultracine, mostraron que el podio se completó con los 78.837 espectadores que eligieron presenciar Tortugas Ninja 2: fuera de las sombras.

Dirigido por el malayo James Wan, responsable de otras sagas y títulos del género como El juego del miedo e Insidious, La noche del demonio, Annabelle; y en un reciente giro en su carrera, director de Rápido y furioso 7 (2015) y a cargo de Aquaman, comprometida para 2018 como parte de la nueva serie comiquera de Liga de la Justicia.

En El conjuro 2, Patrick Wilson y Vera Farmiga repiten sus papeles como el matrimonio de investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren, que en los años 70 documentaron casos de terror sobrenatural.

Esta vez, los Warren viajan a Inglaterra en vísperas de la Navidad de 1977 para investigar cierta actividad paranormal en la casa de un típico barrio londinense, Enfield.

A instancias de Maurice Gross (Simon McBurney), otro de los investigadores de actividad de este tipo más importantes de la época, el matrimonio acudió en auxilio de la familia Hodgson, integrada por Peggy (Frances O'Connor), y sus hijos Janet (Madison Wolfe), Margaret (Lauren Esposito), Johnny y Billy.

El suceso que en principio -en la realidad y la ficción- pareció una broma de niños, se convirtió luego en una tortura para las víctimas y es conocido como uno de los que más capítulos reunió en la colección de los Warren.

Una vez más, Wan y su equipo centran el filme en el protagonismo de este famoso dúo y realza su intervención hasta encontrar explicación a los extragos que el poltergeist y darles una solución final.

El director que se ganó el apodo de "maestro del terror" de los nuevos tiempos informa al espectador sin conocimiento que hubo algún hecho previo que dio prestigio a los Warren y prologa esta película el caso de Amityville, sucedido en 1974 y que inspiró el inicio de esta saga en 2013 con El conjuro.

En adelante, el relato es una constante demostración de que conoce el pulso para lograr que el espectador entre en la escalada de suspenso y salte de la butaca tantas veces como se lo proponga en las dos horas -minutos más o menos- de narración.

Pululan las puertas que se cierran intempestivamente, los muebles y hamacas que se mueven, los espíritus malignos y los sobrevuelos de víctimas poseídas.

Aunque la película no aporta ingredientes argumentales o narrativos nuevos, ni a la historia del cine ni a la filmografía de Wan, se presenta como una opción bien armada.