El código del miedo

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

El corazón tierno de un héroe

Jason Statham está asociado al cine de acción y en este caso reitera el género, pero con una vuelta de tuerca de tipo redentora. Aquí interpreta a Luke Wright, un ex policía devenido en paria del sistema, al punto de que ve en el suicidio la única salida. Y es justamente ese episodio desesperado el que paradójicamente lo salva cuando, a punto de tirarse bajo un tren, ve que una nena de doce años está en evidente peligro. El instinto hace que salga en su defensa y ambos terminan formando una pareja muy peculiar: un tipo que es pura fuerza y reacción y una chica cuyo más grande tesoro es la capacidad de su mente de memorizar largas y complicadas series de números. Perseguida por delincuentes de toda calaña y dispuestos a todo para recuperarla, no contaban con que la pequeña indefensa tendría tan aguerrido defensor. Lejos de las sutilezas narrativas que mostraron los trabajos de Statham junto al director inglés Guy Ritchie, en “El código del miedo” el actor de “El transportador” cumple con el objetivo de poner en pantalla a un héroe duro al mejor estilo de Hollywood, con elementos más que probados y un ojo en la taquilla.