Dallas Buyers Club: El club de los desahuciados

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

En busca de la salvación

Inspirado en hechos reales, el relato nominado a los Premios Oscar en seis categorías, incluyendo el de "mejor film", aborda la expansión del SIDA en 1985. Dallas Buyers Club o El club de los desahuciados resulta shockeante por los personajes que trae a la pantalla, llevados adelante por actores capaces de transformarse en lo físico y espiritual.

El electricista y cowboy de rodeo Ron (encarnado por un esquelético Matthew McConaughey) se encamina hacia la autodestrucción en una vorágine de alcohol, drogas y sexo. Cuando le diagnostican VIH y, luego de someterse al cóctel de la droga AZT y a los cuidados de su doctora Eve (Jennifer Garner), decide cruzar la frontera (se hace pasar por un sacerdote) y experimenta con otros medicamentos que termina contrabandeando y comercializando en los Estados Unidos.

Así funda el famoso "club de los compradores" al que se refiere el título original, y en su arriesgado negocio no está solo, lo acompaña el transexual Rayon (Jared Leto en una magnífica composición), también portador de VIH, a quien termina aceptando y defendiendo de los ataques homofóbicos. Pero ahí comenzará su verdadera odisea contra las inspecciones y requisas del departamento federal de medicamentos.

La pelicula habla sobre la desesperada búsqueda por encontrar un medicamento que salve vidas, actividad que realiza a espaldas de la medicina ortodoxa, y sobre los prejuicios y discriminación de una sociedad que hablaba de la "peste rosa". El director Jean-Marc Vallée coloca a este hombre adicto y con problemas de conducta en un mundo machista, explotando el conflicto dramático en todas sus posibilidades.

El guión original de Craig Borten y Melisa Wallack también hace referencia al caso de Rock Hudson, el actor icónico de Hollywood que padeció la enfermedad, y traslada la acción hasta Japón, en una lucha de negocios que parece no tener fin. Matthew Mc Conaughey se lleva todos los aplausos por su composición del hombre que no acepta su "sentencia de muerte".