El cielo del centauro

Crítica de Jesica Berman - Fancinema

UNA HISTORIA POBLADA DE REGRESOS

Después de casi dos años del estreno mundial en la 17ª edición del BAFICI, llega a las salas comerciales la última película de Hugo Santiago, El cielo del centauro: con ella, el cineasta argentino volvió al país luego de cuatro décadas para hacer una suerte de carta de amor a Buenos Aires. Además, puede verse de manera conjunta con el documental El teorema de Santiago, de Estanislao Buisel e Ignacio Masllorens, el cual es un ensayo sobre lo que fue la preparación, el rodaje y la presentación del film.

Entre Hugo Santiago y Mariano Llinás guionaron una trama que se basa en la tradición del cuento fantástico argentino y formalmente no se parece a ninguna película que pueda verse hoy en día. El protagonista es un ingeniero francés (Malik Zidi, quien tiene una trayectoria actoral de suma importancia y tuvo el lujo de ser dirigido por Raúl Ruiz y François Ozon) que pasa 30 horas en Buenos Aires para entregar un paquete preparado por su padre para un misterioso personaje llamado Victor Zagrós. El encargo se ve colmado de peripecias donde el francés luego se encuentra envuelto en una constante búsqueda de un objeto poco descriptible, el Fénix, al cual nadie puede detallar con precisión, pero que pone en riesgo la vida del ingeniero en más de una ocasión.

Es claro que la narración se presenta en la actualidad, sin embargo los lugares que recorren los personajes como el constante acompañamiento del tango remiten a una ciudad que pareciera casi haberse extinguido. La mezcla de las imágenes, en donde la fotografía evoca constantemente a un mundo de ensueño y el sonido, dan la sensación constante de estar situados en un lejano recuerdo.

Se trata de una película lúdica y de humor “porteño”. Es coreográfica en las escenas de persecución -marcadas al compás de un tango- y muy geométrica, como ha dicho Santiago sobre este film, bajo el planteo que realiza el ingeniero francés a medida que va construyendo el recorrido. El cielo del centauro es romántica, se marca en el estilo de las imágenes, de los tonos y en el tratamiento que se da a las pinturas de Cándido López, quien con la resiliencia logra transformar un acontecimiento traumático como es la guerra, en algo bello como lo son sus obras.

El cielo del centauro busca ser el recuerdo de alguien que vuelve después de varias décadas. El recorrido lleva a la búsqueda de esas piezas perdidas que sin duda el director intentó encontrar al realizar esta película.