El ciclo infinito

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

El Ciclo Infinito es una producción independiente de Hungría que representa la ópera prima del director Zoltan Solstai.
Argentina es el primer país donde este film se estrena comercialmente.
La propuesta de Solstai presenta una historia de ciencia ficción desarrollada a través de la animacion computada y la captura de movimiento.
La idea de la trama es bastante trillada y cursi pero con eso en lo personal no tengo problemas.
Un astronauta queda atrapado en un mundo virtual y trata de encontrar una salida de ese lugar. Tron presentó una idea similar hace 30 años atrás, pero no hay drama, hasta ahí te remo la propuesta.
El trabajo de animación es bastante humilde y esto también se puede entender porque es una producción independiente que no se hizo con un gran presupuesto como los que trabajan la películas de los grandes estudios de Hollywood.
Me parece algo aceptable. Hasta ahí vamos bárbaro.
El gran problema que tiene El Ciclo Infinito es el enfoque que abordó el director Solstai para narrar esta historia.
Esta fue probablemente la película más aburrida, pretenciosa y snob que vi en mi vida dentro de la animación.
Por momentos tenés la sensación de estar frente a la interminable presentación de un video juego que no comienza más.
Gran parte de la trama se concentra en mostrar al protagonista corriendo de espaldas hacia la nada, mientras se encuentra con un personaje enmascarado con el que tiene numerosas charlas aburridas e intrascendentes.
Desde lo argumental El Ciclo Infinito es un desastre. Me quedó la sensación que el director quedó embobado con los aspectos técnicos y visuales y se olvidó de hacer algo con cierto contenido.
El misterio que envuelve al mundo virtual y al protagonita estuvo horriblemente trabajado y la trama carece por completo de tensión y suspenso.
Solstai como narrador nunca logra envolverte en el conflicto que con el paso del tiempo se vuelve insufriblemente tedioso.
Desde los aspectos visuales tampoco hubo un trabajo muy creativo y el mundo virtual es tan insulso como los personajes que integran la historia.
Todo el diseño de los personajes y los escenarios son muy similares a los que podrías encontrar en cualquier video juego clase B para Playstation y desde ese aspecto el film tampoco ofrece ningún elemento interesante.
Por otra parte, la reflexión existencialista en la que cae la historia es de un esnobismo aterrador y por eso no me sorprende que algunos críticos de cine alaben esta propuesta.
Como película de animación me pareció pobre y lo peor de todo, aburridísima. Pretende ser una una historia experimental e inteligente y está muy lejos de serlo. Basta con compararla con las cosas que se vieron en este mismo género en los últimos años.
¿Querés disfrutar de buenas historias de ciencia ficción con neuronas y que te atrapen con un conflicto bien narrado?
Dentro de la animación, en materia de producciones recientes, podés probar con Wonderful Days (Monn-saeng Kim), Paprika (Satoichi Kon), Renaissance (Christian Volckman), Cinco centímetros por segundos (Makoto Shinkai) y Una mirada a la oscuridad (Richard Linklater).
Estas también fueron películas independientes con la diferencia que son apasionantes y por lo menos no te hacen bostezar como este estreno de Hungría.