El caza recompensas

Crítica de Miguel Frías - Clarín

Persiguiendo a la ex esposa

Una comedia de amor y desamor, combinada con el thriller, sobre un ex policía que captura a prófugos por dinero.

El principal misterio a develar en el El caza recompensas, una comedia que mezcla la guerra de los sexos con el thriller cuasi paródico, es su duración: 110 minutos. Veinte de más, para aquéllos que disfruten de los odios y enredos, siempre absurdos, mal justificados, entre Jennifer Aniston y Gerard Butler. Ciento diez de más, para aquéllos que quieran ver algo novedoso, intenso o al menos gracioso. La película, cuya trama parece por momentos haber sido dejada a la deriva, falla incluso en su humor, de libreto.

Butler interpreta a un ex policía, echado por inútil, que se dedica a capturar a prófugos de la Justicia a cambio de recompensas. Aniston, a la ex mujer de él, periodista de investigación, que cometió una infracción de tránsito y no se presentó ante el juez ... porque estaba en medio de la resolución de un caso policial. Entonces, Butler, siempre con sus camisitas de mangas cortas ajustadas para mostrar bíceps, la persigue en busca de la doble recompensa: conseguir dinero y vengar el matrimonio fallido.

Lo que ocurre de ahí en adelante a nivel sentimental podría adivinarlo hasta un niño de pocas luces. De la trama policial, mejor no hablar: cualquier adjetivo sonaría agresivo. Butler "secuestra" a Aniston al principio y genera algo así como una road movie en la que no faltan gags -casi nunca efectivos- en Atlantic City y otras ciudades. Queda la duda de la duración. ¿Se habrá dormido o escapado el montajista en medio de la edición? Todo es posible en esta película.