El camino de Santiago

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Eslabón fundamental para conocer la historia y ver un documental muy bien hecho

“Hago cine porque hay imperialismo. Si no hubiese imperialismo no haría cine” dice la voz en off de Santiago Alvarez. Sus palabras serán secundadas con hechos cuando vemos los títulos de uno de sus documentales filmados en la época de la revolución cubana: “Van a ver un film didáctico, informativo, político y… Panfletario! Sobre un pueblo en revolución”. Con estos dos golpes de historia arranca “El camino de Santiago, periodismo, cine y revolución en Cuba”.

Desde sus comienzos en CMQ, pasando por toda su trayectoria, las múltiples entrevistas a gente como la guionista Rebeca Chavez, el director de fotografía Raul Perez Ureta, o al hombre detrás de Nuevo Cine Latinoamericano, Fernando Birri, van ayudando a construir al hombre y al artista dando testimonios del compromiso con las ideas que el padre del documental en Cuba ha tenido con su manera de hacer cine.

Aquí, si algo tiene una riqueza inconmensurable es precisamente todo el material de archivo. Una delicia verdaderamente, porque es fácil tomar éste documental como una suerte de sinécdoque de los ideales de la Revolución. En este aspecto el film es un egregio exponente de esa época, siendo loable la tarea de Omar Neri en la compaginación, y un destacado especial en la post producción de sonido de Rubén Piputto porque no es nada fácil “empatar” tanto material de archivo con el presente y amalgamarlo en una misma unidad conceptual junto a la banda de sonido.

Entre las pequeñas gemas está la creación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfico apenas consumada la revolución, el noticiero ICAIC y otros episodios históricos que también influyeron en la propagación de la cultura popular, como la rebaja de los precios de entradas en todos los cines o echar a patadas a las distribuidoras de cine yanqui.

Obviamente, Santiago Alvarez es mirado con admiración y devoción por Fernando Kirchmar y todo el equipo porque su obra sobrevive al mero hecho histórico (que tiene su peso específico), y se transforma en la piedra basal de cualquier cineasta abocado a concebir obras de género documental, su realización y su difusión, tarea que DOCA puede dar cuenta con orgullo desde hace varios años. Gente que ve en el cine una forma de mostrarle al mundo un claro camino para mirar el mundo.

El relato es lineal y progresivo, como se merece una figura de la talla de hombre retratado aquí, porque de pretender otra cosa, se perdería la gran posibilidad de conocer lisa y llanamente a un artista político. Si existió (y hoy con otra realidad, existe) un Cine de las Bases, en parte es gracias a la obra del cubano.

Un encuentro entre la obra pasada y el presente cuando las noticias se transformaban en arte por obra y gracia de la deducción e interpretación periodística, “El camino de Santiago, periodismo, cine y revolución en Cuba” es un eslabón fundamental para conocer la historia, pero además una oportunidad para ver cine documental muy bien hecho.