El callejón de las almas perdidas

Crítica de Carolina Sanguineri - Sin Intervalos

Falta menos para que llegue a HBO Max “EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS'', dirigida por Guillermo Del Toro y protagonizada por Bradley Cooper, Cate Blanchett, Toni Collette y Willem Dafoe. La película revive el film homónimo de 1946 y promete mucho, pero… ¿cumple?

Se trata de un viajero (Cooper) que, en una destartalada feria en medio de un pueblo aburrido, aprovecha los conocimientos de un viejo ebrio que solía tener un acto mentalista. Mientras aprende del señor, marido de la adivina (Collette), conoce a una mujer (Rooney Mara), con quien emprende un proyecto más allá de lo que hubieran imaginado. Algunos años después, una psiquiatra (Blanchett) presencia una performance del protagonista, y le propone algo que traerá consecuencias irreversibles, terminando de convertirlo en quien estaba destinado a ser.

En general, “Nightmare Alley” es un largometraje convencional que intenta ser bizarro e interesante pero no lo logra del todo. Perteneciente al género “thriller psicológico neo-noir”, plantea ideas interesantes que no terminan de redondearse (pocas lo logran), o se ubican personajes o acciones que no son realmente relevantes para la historia. El guion no logra dar a entender qué quiere destacar, contar, enseñar o demostrar.

Como toda película de Del Toro, cuenta con una espectacular dirección de arte, llena de texturas, ángulos, líneas propias de la época en que está ambientada (años 40'), y colores ricos y saturados. Sin embargo, la fotografía no aprovecha todos estos aciertos y se vuelve visualmente menos atractiva, desdibujando el sello propio del director, estandarizándolo de una manera que no funciona. La iluminación se trabaja de forma adecuada por momentos, pero por otros le falta muchísimo drama y contrastes para que realmente encuentre una vibra neo-noir que se ajuste a lo que se quiere transmitir. De todas formas, Del Toro encuentra la forma de sorprendernos con estupendos, sangrientos y terroríficamente grotescos efectos visuales que desafían al espectador, al muy bizarro estilo del film “Sweeney Todd” de Tim Burton.

Las actuaciones más destacables son las de Cooper y Dafoe. El primero encuentra a su personaje y lo usa a su favor, viviendo a la par de él todo su arco de desarrollo y acompañando con su ánimo perfectamente cada etapa. El protagonista se encuentra notoria y auténticamente cambiado en el final. El segundo posee un rol crucial en demostrar la miseria humana y corrupción presentes y crecientes en la trama, volviéndola cada vez más oscura y redundante. El casting de ambos merece una celebración. El resto del elenco se adapta bien a la historia, y hay aciertos en las actuaciones de algunos (como el célebre Richard Jenkins) que no son gracias al director, sino simplemente al estilo o experiencia del intérprete.

Todo sería infinitamente mejor si el guion no estuviera tan poco trabajado; se lo nota verde, apurado, con clichés innecesarios, tanto, que casi se spoilea solo. Se aprecian momentos satisfactorios, pero hay cosas que sobran o que no tienen realmente sentido; como, por ejemplo, la inclusión de diversas cartas de tarot por parte de la adivina de la feria (Collette), y hasta incluso este personaje entero es irrelevante para el desenlace. Aporta algunas fibras de suspenso a la gran tela neo-noir… pero no las suficientes como para adquirir relevancia.

“EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS” intenta cumplir, pero no siempre lo logra. Sus giros más interesantes son muy tardíos, y los momentos cliché degradan una impronta que, con una vuelta de rosca en la etapa de preproducción, podría haber sido memorable y logrado llenar el nombre de su director. Me gustó de la misma manera que cumple con lo que se prometió: a medias.

Por Carole Sang