El buen mentiroso

Crítica de Fredy Friedlander - A Sala Llena

No todo es lo que parece cuando abundan las mentiras

Puede intrigar que El buen mentiroso esté ambientada en un Londres de hace diez años (¿por qué no actual?), siendo que no se refiere a una historia real con fecha precisa sino de pura ficción. Y recién hacia al final el espectador comprenderá el justificado “lapso” de apenas una década.

Desde el mismo comienzo, cuando un hombre mayor como Rob se conecta por internet con Betty a través de uno de esos sitios, que actualmente se contactan por celular, queda claro quién es “el buen mentiroso”.

Ian McKellen, más conocido por el personaje de Gandalf, muestra la hilacha desde el inicio cuando lo vemos pergeñando con su socio una estafa financiera a ilusos inversionistas. Su próxima víctima será la viuda que encarna la gran Helen Mirren, Oscar por La Reina, con quien se encuentran por primera vez en un restaurant. Cuando Rob le propone acompañarla a su casa se encuentra con la inesperada sorpresa de que a ella la espera, para conducirla a su hogar, su joven nieto.

Stephen (Russell Tovey), tal su nombre, está investigando los años en que Albert Speer, arquitecto del nazismo y luego ministro de defensa de Hitler, pasó detenido en Spandau (Berlín). De hecho en un viaje que la nueva pareja de viudos emprende a la capital de Alemania, sus caminos volverán a cruzarse. La elección del lugar no es caprichosa, ya que la trama bruscamente se bifurcará. Es probable que para algunos espectadores las nuevas “mentiras”, que develarán algo bruscamente el relato, no le resulten del todo verosímiles. De acontecer ello la película perderá para ellos buena parte del interés.

Para los demás, probablemente menos exigentes a la hora de la rigurosidad, las revelaciones le resultarán convincentes, potenciadas por la calidad interpretativa del dúo central. No es casual que esto ocurra ya que tanto McKellen como Mirren son ingleses y su carrera actoral no se limita al cine sino también al teatro, sobre todo en el caso del primero.

Dirigió Bill Condon, realizador irregular, cuya obra más lograda (Dioses y mosntruos) también contaba con la participación de Ian McKellen. Será la tercera vez que se encuentren ya que también lo hicieron en la no estrenada Mr. Holmes.