El bosque

Crítica de Claudio D. Minghetti - La Nación

Minotauro en un bosque de Pehuajó

Una lograda revisión del mito griego

Dannenberg vive solo en el medio de un bosque en casa sin número. Caza un conejo, rinde tributo a un par de tumbas coronadas por el signo de un Minotauro (un círculo de madera) y espera. Su péndulo está inmóvil hasta que comienza a funcionar como puesto en marcha por el destino. Dannenberg sabe que está por llegar quien descubrirá allí a su monstruo interior y ocupará su lugar.

El bosque , la ópera prima de Pablo Siciliano y Pablo Laserre, que tienen 26 años y son de Comodoro Rivadavia, costó nada más que 4000 dólares. Los dos coincidieron en La Plata, en la Facultad de Bellas Artes, donde estudiaron cine. El suyo es un relato de suspenso austero, con muerte anunciada. En buena medida, el efecto hipnótico del film es producto de su excelente encuadre apaisado, y la fotografía trabajada con puntilloso cuidado -en HD- por el mexicano Pablo Alberti y el argentino Pablo Yanelli. Sorprenden las actuaciones, en especial la de Oscar Pérez, un actor teatral de Pehuajó (donde tuvo lugar el rodaje), que con pocas palabras y miradas muy trabajadas conmueve; también las de la pareja, Ariadna y Martín (el nuevo Teseo), que llega al lugar para romper la rutina de este hombre que parece sacado de La casa de Asterión , de Jorge Luis Borges (a cargo de Paula Brasca y Martín Markotic).

En medio de ese páramo se quebrará el devenir de la nada para dar paso a la violencia, a la posesión, al hecho de sangre y al ritual que marca un nuevo inicio. "El Minotauro apenas se defendió", dijo Teseo a Ariadna, en palabras de Borges, y aquí esta historia se repite, porque Dannenberg, según Laserre y su coguionista Gastón Markotic, conoce el desenlace y no se resiste.

A pesar de algunos desajustes del guión que perjudican los muy buenos climas logrados, es importante destacar la patriada de la Facultad de Bellas Artes de La Plata en esta producción, que no es la primera (los cortos Toro verde y Túneles en el río , visto en el Festival de San Sebastián; el largo Los chicos desaparecen , especiales para el canal Encuentro) y que seguramente no será la última. Una sorpresa que reconforta, entusiasma y habla de futuro promisorio, que no es poco.