El bebé de Bridget Jones

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Una historia de película

"El diario de Bridget Jones" inició una saga que llega a su fin con "El bebé de Bridget Jones". El personaje interpretado por Renée Zellweger atraviesa con este filme todas las etapas y las crisis que comenzaron con una chica con algo de sobrepeso e inseguridad, pero que enfrentaba con humor todas los conflictos del tiempo y la edad. De manera coherente así es hasta el final, con una actriz que sabe interpretar las transformaciones físicos y de comportamiento de los 43 años que tiene en la actualidad, la urgencia del reloj biológico y una soltería que amenaza con hacerse crónica.

   Como lo indica el título, no hay ambigüedad en cuanto al núcleo del argumento. Después de pasar un frustrante cumpleaños en soledad, con mucha actitud Bridget decide enfrentar la realidad y dedicarse a partir de ahora a una vida de hedonismo mientras disfruta de su exitosa carrera como productora de televisión. En la primera salida de esta nueva etapa va a una fiesta y tiene sexo ocasional con el personaje que interpreta Patrick Dempsey. Pocos días después se reencuentra con su ex Mark Darcy, a cargo de Colin Firth. Cuando un embarazo se confirma, Bridget no sabe quién es el padre, y sobre la resolución de ese enredo gira toda la película.

   Aunque el filme tiene el mérito de apostar por la independencia femenina y la posibilidad de llevar adelante sola un embarazo, su resolución se ajusta a la comedia romántica más convencional aunque conserva el humor y la ironía originales, esta vez con el aporte de Emma Thompson en el guión. El paso de los años también afecta a parte del elenco. Firth, fiel a su personaje de personalidad reservada, dice con cierto desgano sus líneas de caballero herido, mientras Dempsey, da con el perfil de seductor.