El bebé de Bridget Jones

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Mujer soltera no busca, pero ¡encuentra!

A mucha gente la sorprendió el anuncio de que se iba a realizar una tercera película sobre Bridget Jones –de hecho se anunció en el 2009 para comenzar a filmarse en 2010–, y seguramente más de uno se desayunó esta semana con el estreno del filme. La respuesta al porqué de la tercera parte tiene más que ver con la popularidad de la que goza este personaje en su tierra natal. Bridget Jones nació el 28 de febrero de 1995 en una columna que salía una vez por semana en el diario inglés “The Independent”.

Escrita por la periodista Helen Fielding, trataba sobre lo que escribía en su diario íntimo Bridget Jones, una treintañera soltera de Londres que trataba de encontrarle el sentido a la vida y al amor con la “ayuda” de sus amigos. Fielding captó enseguida la esencia de la mujer profesional londinense –y porqué no de otras partes del mundo– y sus miedos, ansiedades, anhelos, esperanzas, sueños, de los años noventa.

Rápidamente ganó muchísima popularidad y en 1996 se editó la novela: “El diario de Bridget Jones”. Después le siguieron “El diario de Bridget Jones: al borde de la razón”, en 1999, y “El diario de Bridget Jones: loca por él” en el 2013.

En el 2001, Renée Zellweger le puso voz y rostro al personaje, y en el 2004 realizó la (pobre) secuela. “El bebé de Bridget Jones” no es una adaptación de la tercera novela, sino que se basa en un guión original escrito por Fielding y David Nicholls.

En la trama a Bridget (Zellweger) no le terminó yendo bien la pareja que hacía con Mark Darcy (Colin Firth). Lo que parecía una historia que iba a durar para siempre terminó diluyéndose en la nada. En su día de cumpleaños número 43 se encuentra soltera nuevamente, sin ninguno de sus viejos amigos con los que pueda festejar y sola en su departamento.

Decidida a no dejarse vencer nuevamente por la depresión y el pesimismo, se centra en su trabajo como productora de noticias y se permite hasta tener un fin de semana de locura en un festival de música. Allí conocerá a Jack (Patrick Dempsey), un norteamericano galante y encantador con quien tendrá una noche de sexo. Contenta con su nueva vida y actitud, el pasado de Bridget vuelve cuando se topa nuevamente con Mark una semana más tarde (y sí, se acuesta con él). El problema surge cuando descubre que está embarazada y no tiene ni la menor idea de cuál de los dos podría ser el padre.

Buen retorno para esta saga que se ganó el título de ser la primera trilogía de una comedia romántica del nuevo milenio, y también de ser la única dirigida exclusivamente por mujeres
–gracias a la vuelta de Sharon Maguire, que dirigió la primera–. “Al borde de la razón” no le había hecho mucha justicia a la frescura y originalidad del primer largometraje, y este filme está más a la altura. Tampoco tanto, eh. La película carece de ese fino, ácido y a veces brutal humor que tanto caracteriza a la comedia inglesa (tal vez se deba a que el guión pasó por muchas manos), y tiene como unos veinte minutos que le sobran.

Los protagonistas están viejos, sí: la cara de Zellweger causa impresión, sí, pero una vez superadas esas impresiones se disfruta de esta comedia que refleja con algunos aciertos lo difícil de mantener las relaciones sentimentales en estos tiempos y la complejidad de convertirse en padres, entre otras cosas. Mención aparte para Emma Thompson y su pequeño papel como la doctora que atiende a Bridget
–también participó como guionista–: brilla y luce su enorme talento en los pocos minutos que aparece en pantalla. Linda y sencilla apuesta para esta semana en los cines. Véanla con placer y sin ninguna culpa.
Ficha técnica
Título original: Bridget Jones’s Baby
Duración: 122 minutos
Origen: Irlanda/ Reino Unido/ Francia/ Estados Unidos
Género: comedia-romance
Director: Sharon Maguire
Protagonistas: Renée Zellweger, Colin Firth, Patrick Dempsey, Emma Thompson, Jim Broadbent, Gemma Jones
Calificación: sólo apta para mayores de 13 años
Nuestra opinión: buena
El problema para Bridget surge cuando descubre que está embarazada y no tiene ni la menor idea de cuál de los dos podría ser el padre.