El bebé de Bridget Jones

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Bridget Jones vuelve con un bebé y media hora desopilante

Pasan los años, pero algunas cosas no cambian para Bridget Jones; por ejemplo, festejar su cumpleaños numero 43 sola en su casa,y bastante borracha. Eso le sirve de señal de que necesita un poco de acción luego de demasiado tiempo de celibato, pero el resultado es demasiada acción. Luego del encuentro con un completo desconocido en un festival de rock y del reencuentro con un antiguo novio en un bautismo, Bridge descubre que está embarazada, sin saber cuál de los dos galanes es el padre.

La primera media hora de "El bebé de Bridget Jones" es fabulosamente divertida, con una catarata de gags buenísimos uno tras otro, y en general bastante audaces dado el tono argumental necesario para que Bridget vuelva a las andadas. Además, está el velorio del personaje que hacía Hugh Grant en el primer film, que da lugar a chistes sin desperdicio.

Pero esta tercera parte de la taquillera "El diario de Bridget Jones" no logra seguir esa intensidad cómica y se va apagando a medida que crece la panza de la protagonista. Lo que en realidad es entendible debido a que necesariamente el embarazo y el nacimiento de un bebé es un asunto más tierno. Esto no impide que la película siga siendo discretamente graciosa, y siempre muy bien actuada por Renee Zellweger y los posibles papás Colin Firth y Patrick Dempsey. Ahora, la que se luce es Emma Thompson como la doctora de Bridget que tiene que arreglarse para tratar a cada uno del dúo de progenitores como si fuera el auténtico padre.