El azote

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

José Luis Campusano es uno de los realizadores mas personales de nuestro cine, sus filmes tiene su sello, en las situaciones, en los personajes, en la manera de expresarse, muchas veces con sentencias, en la crudeza de las situaciones. En este filme el director y autor del guión se ubica otra vez en el sur, en una Bariloche que muestra su cara más oscura, lejos de los brillos turísticos y los paisajes de ensueño retratados hasta el cansancio. El mundo del protagonista, un asistente social que trabaja con chicos abandonados y judicializados, es el de las drogas, la violencia, la corrupción y los abusos. Ese hombre que siempre viste de negro, que nació en el lugar, que fue cantante de heavy metal al que muy a su pesar llaman “el murciélago” tiene su vida dividida.
Por un lado es el único capaz de comunicarse con esos chicos violentos, víctimas, asesinos en algún caso, con destino de marginalidad, y sabe que ese, su lugar de trabajo, es sin dudas el mejor lugar una policía indeseable y un sistema judicial que no se hace responsable. Pero su vida personal de complica entre su separación, su madre inválida, una amante despechada, una nueva compañera y el descubrimiento de una nueva podredumbre. Tampoco falta el elemento fantástico. Con diálogos que intenta filosofar sobre lo que ocurre en esa realidad inapelable, con un protagonista poderoso, el film logra climas intensos, con situaciones equívocas que pueden desencadenar cualquier reacción. Un punto altísimo el retrato de esos chicos dejados por todos, desde sus familias disfuncionales, a sus códigos de venganzas y castigos, a sus diversiones y su fatalismo, al futuro marcado, golpeados y golpeadores. También la denuncia de un sistema que necesita mantenerlos así, como “futura mano de obra”. Un film intenso, perturbador, con códigos propios, potente y distinto como su creador.