El Avispón Verde

Crítica de Sergio "Brujito" Olivera - CiNerd

SETH DE JUSTICIA

En tiempos en que las películas de superhéroes intentan superar una época marcada por la fuerte sobrevaloración y los bajos resultados frente a las expectativas que generan, empezaron a surgir algunas propuestas que intentan darle un nuevo impulso al género. Así vimos a un Wolverine, en X-MEN ORIGINS: WOLVERINE (2009), con una fuerza mayor por lo que representaba el spin off de este personaje que por la calidad en si de la película; seguimos las historias de Tony Stark en IRON MAN 2 (2010), quién dio un salto de calidad en relación a su predecesora y nos deleitamos (via Internet o en otras provincias -malditos cines tucumanos-) con la locura cinematográfica de KICK-ASS (2010). Siguiendo esta línea ascendente, Michel Gondry (ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS, REBOBINADOS) toma al héroe de los años 60 “El Avispón Verde” y lo reinventa en los tiempos contemporáneos en un film que desborda locura, datos nerd y ambición (a veces desmesurada), logrando un resultado que bien vale el precio de la entrada.

Cabe destacar que esta película no es un remake, ni una parodia, ni una continuación de la serie televisiva en la que brillaba Bruce Lee. Se trata, sin más ni menos, de una reinvención. Mucho se habló a raíz de esto; el vacío que deja el mítico Lee en el papel de Kato, lo difícil que resulta ver a Seth Rogen (LIGERAMENTE EMBARAZADA) en el papel de Britt Reids/El Avispón Verde, la comparación inevitable de esta versión del héroe con las anteriores existentes. Pero como yo soy de la generación que veía a estos héroes (tómese al Fantasma como otro ejemplo) como flojitos frente a anti-héroes mas salvajes como los presentados por Marvel y del grupo de jóvenes que ponían las manos en el fuego diciendo que el Megazord de los Power Ranger se lo comía crudo a Robotech, no puedo caer en esta comparación. Quizás no sea buena esta posición, pero yo me veo obligado a ver al Avispón como un héroe desconocido reeditado y, por tanto, presentado por primera vez ante mis ojos. Y desde esta perspectiva el personaje encarnado por Rogen no decepcionó.

Apenas iniciada la película asistimos a la presentación de Britt Reid, un joven acaudalado, hijo del director de un conocido diario de la ciudad. En esta secuencia de presentación veremos al personaje de Rogen en su faceta más salvaje, inmadura e irresponsable (cualquier parecido con otros personajes encarnados por el ex gordito es pura coincidencia); conoceremos fugazmente a Chudnofsky, el villano genialmente encarnado por Cristoph Waltz (BASTARDOS SIN GLORIA), y su obsesión por el control de la ciudad y seremos testigos de la muerte del padre de Reid, con el consiguiente cambio de mentalidad del protagonista. Todo esto en unos pocos minutos.
Es evidente que desde la escritura del guión se buscó sentar velozmente las bases para la génesis y el desarrollo del alter ego de Reid, pero queda la sensación de que todo sucede demasiado rápido. Este inicio a toda máquina termina recargando de información que debe ser digerida velozmente para dar paso a la segunda parte, el nacimiento del Avispón Verde.

A partir de aquí toda la historia se irá escalonando en pos del espectacular enfrentamiento final el cual, si bien muestra un despliegue tecnológico y de FX impresionante, deja un sabor agridulce difícil de explicar. Si bien mínima, queda la sensación de que algún condimento falta.
En suma la historia posee una narración muy bien estructurada, logrando un ritmo constante (luego del aceleradísimo inicio) que atrapa al espectador hasta el final. La presentación de los personajes que respaldan a Rogen en el reparto está muy bien dosificada; así de a poco conocemos a Kato y nos adentramos en su historia y su relación con la familia Reid, así como nos introducimos en la situación de Chudnofsky, quién se siente mortificado por el avance de los años y la pérdida de su poder de intimidación. Caso aparte es el de Lenore Case (Cameron Díaz) quién nunca termina de asentarse como parte importante de la película, si bien el guión mismo le quita protagonismo relegándola al papel de mero objeto de disputa entre Britt Reid y Kato.

Si bien, como se dijo antes, Reid guarda cierto parecido con antiguos personajes de Seth Rogen, éste logra un gran trabajo en la construcción del protagonista del film. Resaltado esto a partir de un buen equilibrio entre el Avispón Verde y su alter ego (¿o viceversa?), una gran labor en relación a la amistad (tema recurrente en los guiones de Rogen) con Kato y una buena evolución de Reid en cuanto el género lo pide. La línea evolutiva “personaje con algún defecto a superar- personaje redimido de su anterior condición” se da a la perfección a lo largo de la película somatizada por el hecho de que el personaje en cuestión, a diferencia de otros héroes, mantiene siempre una línea de humor irónico que aliviana la película alternando los momentos dramáticos con otros, francamente, hilarantes. Visto de este modo parece un papel hecho a la medida de Rogen.
Secundando, Jay Chou logra que el personaje de Kato no quede detrás del Avispón prácticamente en ninguna parte del film. Dueño absoluto de las escenas de acción (algunas con efectos realmente interesantes), hace olvidar durante el visionado la absurda pregunta de si estaría a la altura de Bruce Lee para el papel. Finalmente, el oscarizado Waltz logra a un extraño, poco intimidante y genial villano del que quizás se podría haber sacado mayor provecho.

Técnicamente la película no se muestra novedosa, poseedora de una narración lineal y clásica y de recursos técnicos usados con maestría pero sin lograr más que un correcto resultado visual. Este dato resulta desconcertante al saber que en la dirección se ubicaba Michel Gondry, dueño de una mirada bastante particular y personal sobre el modo de hacer cine. Como apuntaron algunos críticos, apenas en un plano de división de pantallas se ve la mano del director.

En suma, EL AVISPÓN VERDE se muestra como una opción más que buena para amenizar una cartelera que venía realmente alicaída (al menos en Tucumán). Y funciona de maravillas para continuar el camino de reedición de las películas de superhéroes, alivianándolas, realzando la acción y dándoles, al mismo tiempo, un toque de humor necesario, sin caer en el burdo intento de película logrado en SPIDER MAN 3 (2007).