El aro

Crítica de Alina Spicoli - Estrelladas TV

La maldición regresa

“El aro” (Sadako, 2019) es una película de terror japonesa dirigida por Hideo Nakata y escrita por Noriaki Sugihara. El filme constituye el capítulo final de la saga basada en la novela de Koji Suzuki. Protagonizada por Elaiza Ikeda, el reparto se completa con Himeka Himejima, Hiroya Shimizu, Takashi Tsukamoto, Renn Kiriyama y Rie Tomosaka.

La trama gira alrededor de la doctora Mayu Akikawa (Elaiza Ikeda), joven que debe ocuparse de una niña que padece de amnesia y dice llamarse Sadako. La nena perdió a su madre en un incendio dentro del complejo de departamentos donde vivía y, desde ese entonces, presenta poderes psíquicos. Mientras Mayu se encuentra en su trabajo, su hermano Kazuma (Hiroya Shimizu) está desanimado ya que su canal de youtube “El fantástico Kazuma” perdió una cifra notoria de seguidores. Con ganas de agregar contenido innovador a su cuenta, Kazuma decide escabullirse sin permiso en el edificio donde ocurrió el misterioso incendio que acabó con la vida de cinco personas. Lo que no sabe es que esas ganas de ser viral cueste lo que cueste en las redes sociales lo llevarán a desaparecer.

Luego de películas que se estrenaron en cine, otras que salieron directamente en televisión o en dvd, series, secuelas, videojuegos, precuelas, cortometrajes, versiones coreanas y estadounidenses (éstas últimas son las que más conocemos en nuestro país), el director de la primera y segunda entrega estrenadas en 1998 y 1999, que tuvieron un gran éxito de taquilla en Japón, regresa para darle un cierre ¿definitivo? al espíritu maldito de cabellera negra y movimientos extraños. Con una historia que nada tiene que ver con los anteriores filmes, Nakata quiso armar un producto que apunte tanto a los espectadores que no conocen la saga como a los que les gusta ver a Sadako salir del video de la tv para atacar a sus víctimas. ¿El resultado? Una obra que carece de cualquier tipo de terror y se vuelve más de lo mismo apenas comienza.

Personas poseídas, explicaciones muy sacadas de la galera, poderes que recuerdan a los de Eleven en Stranger Things, flashbacks tan redundantes que llegan a dar vergüenza ajena por cómo se subestima al público, talismanes peligrosos, imágenes raras al pausar una grabación de Internet y muchos más clichés nos vamos a encontrar en esta producción que se hace bastante larga a pesar de que dura 99 minutos. Por más que la película cuente con buenos escenarios que podrían generar miedo, el guión y sus coincidencias, aparte de las interpretaciones, no ayudan en lo absoluto.

De esta manera, ya es hora de que los realizadores se den cuenta que la franquicia de “El aro” no da para más. Sin generar ningún sentimiento, y encima con una escena post crédito ultra innecesaria, ojalá ésta sea la última vez que veamos a Sadako ya que no tiene sentido seguir creando historias mediocres alrededor de ella.