El año del león

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

El duelo en tamaño small

El fuera de campo es el recurso que la debutante en la dirección Mercedes Laborde utiliza de manera inteligente para realzar el vacío de una ausencia. El nombre de León aparece y desaparece en la vida de tres mujeres, mejor dicho dos mujeres y una niña y para cada una representa algo diferente.

Sin embargo, el punto de vista dominante en la trama es el de la hija de León, Lucía (Malena Moirón), que llega a la casa de su padre y pareja Flavia (Lorena Vega) porque su madre (Julieta Vallina) necesita que alguien se haga cargo mientras ella trabaja. Flavia no es madre de Lucía, simplemente convivió con ella por ser la nueva mujer de León. Lucía se lo hace sentir y también se inquieta al ver cómo ella procura cambiar cosas en esa casa de León.

Las discusiones entre Flavia y Lucía ocupan parte de ese vacío que deja la pérdida y las distintas maneras de duelo atraviesan el clima del lugar. Hay una energía que debe cambiar, trámites difíciles para cerrar un capítulo importante de una historia. En ese tramo de toda pérdida se instala la directora con una búsqueda incesante de momentos de verdad y cuenta para ello con un reparto ajustado a las circunstancias.

Las crisis de cada personaje, los conflictos a partir de la ausencia, para Lucía de la figura paterna; para Flavia del hombre con el que planeaba un futuro y para su anterior esposa un sustento económico faltante, se entrelazan a la vez que se contienen, mientras el punto de vista de la niña se adapta a la tristeza de los grandes y a los planteos lógicos de una chica de su edad.

Una buena opera prima que crece exponencialmente como la necesidad de recordar al que ya no está, pero de forma diferente.