El amor se hace

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

Una comedia audaz, inteligente y chispeante. Hay que aprovecharla porque no hay muchas. El sexo y el amor son los protagonistas. Pero nada de mal gusto ni de audacias desbordantes ni de dilemas oscuros. Aquí todo se celebra, hasta las dudas. El tema son las parafilias sexuales, desviaciones que permiten alcanzar el goce por atajos extraños. Y la cosa se despliega en medio de cinco parejas que hacen lo que pueden para superar, no esa patología, sino la rutina, que enferma más que otra cosa. No hay gente tonta. No hay situaciones chocantes, no hay morbo. El dialogo es chispeante, las situaciones están bien redondeadas y los personajes transmiten naturalidad y vitalidad. Nada desentona en esta comedia erótica que a su turno valora lo diferente desde el costado más entrador. Porque aquí nadie se propone curarse de sus desvíos, sino sacarle jugo y tratar de gozar mejor. Así que si hay amor, no queda otro que aceptar y darle para adelante. El film retrata, con mucho ingenio y sin exhibicionismo, a unas parejas que andan extraviada en sus propias dudas. Aunque a su alrededor hay otros raros exponentes que subrayan el clima de época. El elenco está magnífico. Todos suenan naturales, vitales, muy metidos en sus papeles, frescos y punzantes. Divertido retrato sobre la vida sexual de la pareja y algunos de sus infinitos recovecos.