El amor menos pensado

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Si hay algo que amo más que a la experiencia de ver una película (sea cual sea), es ver una que me acompañe luego de haber salido del cine. Una que se quede conmigo por mucho tiempo y, tal vez, para siempre.
El amor menos pensado es uno de esos films. La sensación de satisfacción y plenitud que invade a aquel que conecta con la historia, es alucinante.
Juan Vera es uno de los grandes productores de cine argentino. Cuanta en su haber con películas tales como Un novio para mi mujer (2008), Elefante blanco (2012), Corazón de león (2013), solo por nombrar algunas, pero este es su debut como director.
Con claras influencias y homenajes hacia Rob Reiner, y sus obras maestras Cuando Harry conoció a Sally (1989) y The Story of us (1999), Vera crea una historia más que cercana, pasional y, por sobre todas las cosas, romántica, pero en un gran amplio sentido de la palabra.
La película es bien sincera. Busca serlo. Busca que los espectadores conecten con los personajes. Y estoy seguro de que todas las parejas ya entradas en años y con “el nido vacío” lo harán.
Ricardo Darín y Mercedes Morán conforman una dupla formidable. Es un duelo actoral constante, tanto en sus escenas juntos como por separado.
Son los pequeños gestos, las miradas cómplices, los chistes y los silencios lo que hacen la gran diferencia. Comprás la pareja de 25 años de casados sin dudarlo ni un segundo.
Y están muy bien secundados por Claudia Fontán, Luis Rubio, Andrea Pietra, Jean Pierre Noher, y unas participaciones fantásticas de Norman Briski, y Juan Minujín.
Cada línea de diálogo encuentra precisión cuasi matemática. Vera, junto al co-guionista Daniel Cúparo, disparan todo tiempo de textos. Desde los más graciosos hasta los más dramáticos, y nunca caen en el cliché, ni van a lo fácil.
Otro gran acierto para destacar es la dirección de arte y colorimetría. Obvia incluso desde el póster, pero funciona y se disfruta mucho. El uso de los rojos y los azules, y su entremezclado.
Lo único que no me terminó de cerrar es la ruptura de la cuarta pared que ocurre un par de veces. Fuera de eso todo es perfecto.
Incluso su extensa duración, más teniendo en cuenta al género que pertenece.
La explicación que le encuentro (teoría mía), es que los realizadores no pudieron decidirse en cuanto a qué cortar mientras se montaba la película.
Cada escena tiene un peso muy valedero y fluye dentro del film.
No tengo más que elogios para El amor menos pensado, que no será para la mayoría la mejor película argentina del año, pero si mi preferida.