El amor menos pensado

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Posiblemente lo mejor del filme se encuentre en el titulo, esto surge luego de haberlo visto, claro, la relectura que se permite hacer a si mismo es lo que accede seguir pensando en el texto luego de salir de la sala.

La narración es un gran racconto, y nuestro narrador es Marcos (Ricardo Darín), el nos va a llevar a la vida en común con Ana (Mercedes Morán) luego de la partida del hijo de ambos a estudiar a España.

Casados hace más de 25 años, el proyecto que tenían en común, sin saber que de eso se trataba, acaba de tomarse un avión, se plantea entre ellos lo que fue dado en llamar actualmente “síndrome del nido vacío”.

Ambos entran en una crisis personal, ¿Quién, ese extraño? ¿Qué me mantiene unido a esta persona? El hijo a la distancia ya no funciona como pegamento.

Temas y planteos que los lleva a separarse. No hay un conflicto definido, no hay infidelidades, ni terceros en discordia, ni violencia familiar, todo encuadrado dentro de una pareja de clase media alta argentina, bastante más ficcional que realista,

La vida de “nuevos solteros” los magnetiza y se transforma en algo excitante que parecía haberse perdido, olvidado o nunca vivido, al principio, claro, pero no todo lo que brilla es oro, la monotonía se hace carne de ella una y otra vez, el galanteo se torna pesadilla para él.

En medio de este recorrido nos emparentan con las historias de otras parejas del mismo grupo etario, en situaciones similares en tanto vivencias, pero con otros elementos, mas cercanos a lo visto una y mil veces.

Asimismo, y con buen criterio, como para darle el tono de comedia romántica a la que permanentemente quiere adscribirse, se entrelazan escenas y secuencias sacadas del registro general del filme que mueven a la comicidad que distiende.

El problema principal de esta realización es que tarda en arrancar, se hace muy largo ese principio en que todo se hace evidente y se prolongan los minutos sin otorgar nueva información, por lo que el punto de quiebre del relato, ese que debe disparar el conflicto, llega casi a destiempo.

Lo mismo sucede al intentar cerrar la narración, no así la historia, recordamos que desde la estructura estamos frente a un gran flashback (uso el termino en inglés para no repetir el del principio), cuando todo se encamina hacia el ultimo giro el relato se vuelve más moroso que intricado. Produce la misma sensación de minutos que le sobran.

En los rubros técnicos la producción se presenta como irreprochable, desde el diseño de sonido, pasando por la banda de sonido, o la dirección de arte y la fotografía, que cumplen su cometido.

En tanto el rubro actuación, el personaje de Marcos parece haber sido escrito particularmente para Ricardo Darin, es sabido que el actor argentino nunca deja de ser él, pero siempre hace creíbles sus personajes, como si no estuviese actuando, ese es su don.

En cambio a Mercedes Moran por momento parecería ser que ella misma no se cree el personaje, o como si lo sintiera incomodo, con situación que rescata a partir de su oficio.

En síntesis, un filme que se presenta como algo diferente que, sin caer el los lugares comunes del genero, termina cuando finaliza, por no ser exactamente lo que propone.