El amor menos pensado

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

La ópera prima de Juan Vera, "El amor menos pensado", es una mirada actual sobre la crisis conyugales con un imbatible as bajo la manga, su pareja protagónica. ¿Qué ventajas te da ser uno de los productores más grandes del cine actual cine argentino? Por ejemplo, contar en tu ópera prima como director con un equipo que más de un experimentado envidiaría.
Vera viene precedido por su fama como productor estrella de Patagonik/Artear Cine.
En su haber hay productos tan dispares y exitosos como "Dos más dos"," Igualita a mí", "Un paraíso para los malditos", "Abrígate", "Zama", o "Carancho"; entre muchísimas otras. Ahora, luego de tres guiones de su autoría (sin contar el de "El amor menos pensado" que co- escribe junto a Daniel Cúparo), decide pisar terreno en la dirección; y algo queda claro, tiene buen ojo para la popular.
"El amor menos pensado" – título engañoso en el buen sentido, o de doble lectura – es una película de público amplio (aunque claramente su target es un sub veinticinco/treinta, mínimo), con figuras reconocidas, y una problemática universal, las crisis de parejas establecidas. Marcos y Ana son una pareja de muchos años con un hijo que decide irse a estudiar al extranjero.
Ese primer sacudón, el del famoso síndrome del nido vacío; sumado a la crisis de los post cincuenta; y el desgaste de la rutina, comienza a hacer ruido en ese vínculo fuerte que mantienen. Hay un problema. Al momento de vender "El amor menos pensado", quizás decidieron contar mucho más de lo necesario, por lo que en afiches, trailers, y cualquier tipo de publicidad, ya sabemos algo del devenir de esta pareja.
Diferente a los ritmos que maneja concretamente esta película, en la cual esos hechos, que parecen ser todo según la publicidad, recién ocurrirán casi llegando a la hora, o poco menos de la mitad de una película que trepa bastante más de dos horas de duración total. Marcos y Ana comienzan a cuestionarse lo que antes daban por hecho, y ven en sus amigos ejemplos de lo que podrían ser.
También en sus padres, con modelos contrapuestos a los de sus amigos. Él es profesor de literatura latinoamericana en la universidad, ella trabaja en una empresa dedicada a las encuestas. Los avatares económicos no serán de esta partida.
"El amor menos pensado" se ve lujosa, y si bien no hace grandes ostentaciones (por suerte no dirige Marcos Carnevale) , se entiende que el mundo en el que se mueve es el de ese costumbrismo de clase media acomodada, típico del cine de Pol-Ka (aunque este no sea exactamente el caso).
Ellos se seducen desde las palabras, es indudable que se entiende, y que hay una conexión inquebrantable ¿Entonces de dónde viene esa crisis? Quizás de las influencias, quizás de los tiempos, quizás del propio deseo de romper, quizás del sobre análisis de los sentimientos. Más de dos horas para contar una historia de pareja decididamente es excesivo. En "El amor menos pensado", sobra bastante al principio, y sobra al final.
El ritmo narrativo es fluctuante, y hasta es capaz de romper la cuarta pared para luego abandonarlo. Hay cosas que hacen ruido, y mucho de eso que nos lleva a decir “no lo analicemos, es una película, no es la realidad”. Sin embargo, si por algo el resultado final funciona, es por un dato crucial. Marcos es Ricardo Darín, y Ana es Mercedes Morán.
Esta pareja, que ya probó suerte en "Luna de Avellaneda", vuelve a reencontrarse catorce años después, y es como si el tiempo no hubiese pasado. La química entre ellos es todo. No hace falta recordar que ambos son excelentes intérpretes y que, plus, poseen un carisma arrollador para lo popular.
Sumémosle que es la vuelta de Darín a ese tipo de personajes queribles que construyó de la mano de Campanella (aunque más pseudo intelectual, menos barrial), luego de probar suerte en roles más ligados al suspenso, el drama, o el policial.
Quizás veamos algo también de aquel ingeniero desbordado de "Relatos Salvajes", o sea, es un Darín Greatest Hits. Morán ya entró en la etapa de madura sexy casual, y ya se sabe que estas mujeres exitosas en lo profesional y superadas le salen muy bien. Ambos están en su salsa, y cuando se juntan, se disparan las chispas, y "El amor menos pensado" estalla.
También hay un gran despliegue de secundarios, Andrea Politi a la cabeza como la comic relief más efectiva; Juan Minujín, Luis Rubio, Andrea Pietra, Claudia Fontán, Jean Pierre Noher, Claudia Lapacó, Norman Brisky, y hasta una breve pero portentosa aparición de Chico Novarro. Sobran los nombres y el talento.
Juan Vera pisa siempre sobre seguro, sabe que está jugando con las mejores armas, y que su debut como director está destinado al éxito de público masivo.
Trata un tema popular; se encarga de que haya comedia y drama, de generar empatía más allá de la clase social; de hacer que se vea correcto (aunque sin sobre salir en ningún momento); y explota la mejor de sus armas, el elenco.
Así, sin riesgos, "El amor menos pensado" llega a buen puerto, aunque se sintió como un trayecto que pudo tomar algunos atajos y jugársela un poco más a superar la media.