El amor dura tres años

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Beigbeder: humor y desencanto al estilo francés

Fréderic Beigbeder, escritor y comentarista mediático, creador del Prix de Flore, libretista de "The Day All Women Love Me" y otras piezas simpáticas, debuta aquí como realizador de cine sin alejarse mucho de su ambiente, ya que sigue los desvelos amatorios de un crítico literario y "comentarista nocturno", divorciado como él, que escribe sobre sus desengaños y con eso se gana (oh, casualidad) el Prix de Flore, que lo lleva al amor de muchas y el desamor de una. Reconquistarla es parte de la historia.

Como cabe esperar, abundan las frases singulares, guiños del negocio editorial, algunas figuras del actual panorama francés que hablan especialmente para este film, un viejo registro de Charles Bukowski haciéndose el cínico, una escena de reconocimiento a los diálogos de Roger Vailland, y un fragmento del Soneto 68 de William Shakespeare ("El amor no se deja engañar por las trampas del tiempo") sacado de la biblioteca del baño, porque esta gente tiene libros hasta en el baño.

Pero si uno es iletrado igual disfruta, porque ésta es una comedia ligera, el protagonista Gaspar Proust explica su pensamiento a cámara (como Walter Reyna en "El pecado más lindo del mundo"), hay situaciones risueñas que a cualquier le pasan, mujeres apetecibles, sobre todo Louise Bourgoin en plan de rubia alegre y divertida con risa estentórea, dos paseos por Ghetary o Getaria, en lo mejor de la Costa Vasca, mucha música muy bien colocada del gran Michel Legrand, lindas reapariciones de tres viejos intérpretes de los '70: Anny Duperey, todavía linda, Bernard Memez, ahora gordo, y en especial Christophe Bourseiller como el cura harto de frívolos en medio de un funeral. Y un invitado especial, que aparece para culminar el cuento.

Un detalle a tener en cuenta: Beigbeder escribió la novela en que se basa su película pero, sabiendo que una película no es un libro, tuvo el sentido común de apelar a dos coguionistas y dialoguistas, y un supervisor. No cualquiera lo hace.