El amor dura tres años

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

“El amor no se altera con sus breves horas y semanas, sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo. Sí estoy equivocado y se demuestra, yo nunca nada escribí, y nadie jamás amó”, rezan las líneas de William Shakespeare, el escritor más romántico de todos los tiempos, para que el escritor francés Frédéric Beigbeder se anime a contradecirlo en “El amor dura tres años”. Se trata de una comedia con tintes de drama, que profundiza en algo simple como complejo: el misterio del amor. La historia se centra en un inmaduro emocional, Marc Marronier, un crítico literario que escribe a modo de catarsis una novela donde asegura que el amor dura tres años. Pero cuando se enamora de Alice –la sexy pelirroja Louise Bourgoin- que está casada con su primo, se convierte en un romántico empedernido, lo cual lo pone en conflicto con su propia teoría. Basado en la novela del mismo título escrita en el año 1997 por el director, el filme resulta una entretenida propuesta para los amantes del cine francés, cuya debilidad reside en las historias amorosas. En definitiva, se trata de un debate filosófico acerca del matrimonio en tiempos modernos, cuando “el primer año compramos los muebles; el segundo los movemos, y el tercero, los repartimos”.