Amante doble

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

François Ozon (“Swimming Pool”) nos ofrece su más reciente trabajo que implica un viaje emocional bastante complejo en este thriller psicológico con tintes eróticos que nos seduce por medio de la complicada relación entre una mujer y dos gemelos idénticos.

Lo primero que se viene a la cabeza al ver “L’amant double” (título original) es aquel film de 1988 de David Cronenberg “Dead Ringers” (“Pacto de Amor”, como se conoció en Latinoamérica) que toca una temática y/o argumento bastante similar. Sin embargo, el director francés nos brinda su visión personal sobre el “doppelgänger” o el doble de un individuo, a través de una trama psicosexual, donde también se desdibujan las fronteras entre la realidad y la ficción, y es en ese aspecto donde la cinta cobra fuerza.

El largometraje cuenta la historia de Chloé (Marine Vacth), una joven emocionalmente frágil que al poseer constantes dolores estomacales psicosomáticos decide consultar a un psicoterapeuta, llamado Paul (Jérémie Renier), del cual se enamora. Unos meses más tarde, cuando se van a vivir juntos, ella descubre que su amante le ha ocultado una parte de su identidad, con la que Chloé se obsesionará hasta el borde de la locura. Ese fragmento de su personalidad es su hermano gemelo Louis, que también es psicólogo y es con quien sigue su terapia luego de abandonarla con Paul por cuestiones éticas. La ironía está a la orden del día, ya que Chloe sentirá atracción por él y comenzará un affair durante las consultas. La cinta habla mucho de los opuestos, los dobles y las represiones. Todo desde un costado perverso, retorcido y enrevesado, donde los personajes irán tejiendo una red de mentiras y ocultamientos que los llevará a enfrentar sus inhibiciones.

La obra posee cierto encanto inherente y directamente relacionado con el suspenso que genera desde el primer momento y hasta el final. Quizás, la sucesión de giros que van produciéndose hacia la conclusión del film terminan agobiando al espectador, pero en líneas generales se nos otorga un producto entretenido, aunque no tan original por la familiaridad argumental con la obra de Cronenberg. No obstante, gracias a las estupendas actuaciones de sus protagonistas y a una seguidilla de escenas bastante interesantes (obviando ciertos pasajes que rozan lo absurdo), la película logra elevarse por sobre la media.

Algo que cabe destacar de la cinta de Ozon tiene que ver con su correcta puesta de cámara, que contrasta el estado mental de los personajes con una constante simetría en relación a los fondos y decorados. Un gran mérito de la fotografía de Manu Dacosse (“Laissez Bronzer Les Cadavres”), la cual también ayuda competentemente a generar aquellas atmósferas enrarecidas.

“Amante doble” es una propuesta atrayente del director François Ozon, que mediante una historia sórdida y provocadora, nos deleitará durante casi dos horas. Una historia plagada de giros sorprendentes, lo cual puede llegar a ser contraproducente, pero que en líneas generales cumple con lo que promete.