Amante doble

Crítica de Leandro Porcelli - Cuatro Bastardos

Amante Doble: Divide y sucumbirás.
Un thriller erótico francés que juega con las obsesiones de una frágil muchacha dividida entre sus amantes, dos psicólogos gemelos.
El director François Ozon (8 Mujeres, Frantz) es considerado uno de los nombres importantes de la historia más reciente del cine francés. Sus trabajos cuentan usualmente con protagonistas femeninas, siguiendo un particular estilo llamado “cinema du corps“. En este caso no solo por lo carnal del film, sino que el thriller psicológico alcanza a asomarse por los terrenos del body-horror, e incluso trascendiendo todo lo corpóreo para tratar cuestiones sobre la identidad más allá de nuestros cuerpos. Una verdadera montaña rusa de sensaciones que, desde un primer plano que shockeó y provoco aplausos en su estreno en Cannes, se encargará de que la audiencia afronte cada nueva escena con la suficiente confianza como para hacer de esta una experiencia tan peligrosa como lo es para su protagonista.
Luego de no encontrar nada en los exámenes regulares, su doctora le recomienda a Chloé que busque en la terapia las soluciones a los inexplicables malestares estomacales que viene sufriendo hace ya un tiempo. Es entonces que se encuentra de repente a los servicios de un apuesto e introvertido psicólogo. Luego de un breve tiempo en el que tanto la terapia como su vida laboral empiezan a enderezar su día a día, deciden por mutuo acuerdo terminar con las sesiones e iniciar casi inmediatamente una relación personal. Pero aunque su cuerpo ya no sienta dolores, su mente empieza a generar extrañas obsesiones debido los secretos que él guarda acerca de su pasado. Rápidamente descubrirá un hermano gemelo que él decide esconder, y se encontrara cayendo estrepitosamente en un juego psicosexual tan peligroso como sus más surrealistas pesadillas.
El Amante Doble es un film protagonizado por una victima de sus obsesiones, y un extraño mundo que al contrario de castigarla continua recompensando su curiosidad con nuevos y estimulantes descubrimientos. Un thriller psicológico con toda la personalidad y profundidad innata del cine europeo. Aunque definitivamente cruza de manera firme al lado del cine erótico, también lo hace planteando una película en la que la desnudez y sexualidad son aspectos tan mundanos como cotidianos. Lejos del pudor de Hollywood, lo sexual es una faceta más de la relación entre nuestros protagonistas y termina en el centro de un triangulo amoroso que ira escalando hasta asegurarse de terminar en tragedia. Esperemos que termine atrayendo al público de 50 Sombras de Grey, que definitivamente terminaran satisfechos con ese aspecto del film mientras se encuentran con facetas tan intensas como inesperadas que provocaran respuestas cuanto menos apasionadas.
Desde el primer momento, la audiencia se encuentra a la merced del director. Ozon demuestra a los pocos minutos de iniciar la película que planea manipular tanto el tiempo como el espacio de la manera más adecuada para transmitir una historia con un ritmo tan nocturno como onírico. Cuando Chloé se sienta a hablar con su psicólogo por primera vez, la conversación continuara enlazando lo que deben haber sido semanas o meses de consultas, y para cuando se levante de la silla estaremos tan sorprendidos como ella del paso del tiempo. Aparte, como si de cuerpos desnudos se tratase, queda totalmente de lado el pudor por los planos que llenan de temor a los directores temerosos y faltos de personalidad. Combinaciones de planos, transiciones repetitivas o poco estéticas, un montaje con ritmo irregular, el film esta repleto de decisiones tan cuestionables como fructíferas para mantener al espectador al borde del asiento y cada vez más confundido e intrigado.
El tono particular del guion tiene la suerte de contar con muy buenas actuaciones por parte de sus dos protagonistas, especialmente un Jérémie Renier que de forma natural logra interpretar dos papeles que piden ser tan idénticos como completamente diferente. Aunque Renier logre mostrar un rango tan impresionante en su doble papel, no hay dudas de que (como el género, o uno de ellos al menos, lo indica) todas las luces están puestas en Marine Vacth. En su segunda colaboración protagónica con Ozon (tras Young & Beautiful), muestra definitivamente que tiene esa presencia tan particular para inspirar a los cineastas europeos.
Con una historia que llega a lugares esperados solo para dar volantazos que se encargaran de satisfacer a los fanáticos del género de forma lo suficientemente fresca, la polémica El Amante Doble se asegura de que (sea positiva o negativamente) todos tengan algo de que hablar. Tiene unas cuantas sorpresas incluso para los veteranos de este tipo de cine, pero terminen o no sorprendidos no tengo duda de que van a encontrar muchísimo que disfrutar.