El agente de C.I.P.O.L.

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Espionaje Vintage con acción, glamour y entretenimiento

Tomado la popular serie de televisión de los años 60 "El agente de C.Y.P.O.L.", Ritchie la adapta a la pantalla grande con su particular estética e ironía, revalorizando el glamour, colorido y espíritu de una época donde las tramas sobre el espionaje internacional tuvo su Edad de oro, y trayendo a escena personajes que las nuevas generaciones poco o nada conocen.

En una época donde el cine de espías vuelve a escena con una lista en la que se pueden contar Kingsman -Matthew Vaughn-, Misión Imposible: Nación secreta -Christopher McQuarrie-, Spectre de James Bond -Sam Mendes- y Hitman: Agente 47 -Aleksander Bach-, entre otros, el director Guy Ritchie -Sherlock Holmes, Snatch: Cerdos y diamantes; RocknRolla- adapta a la pantalla grande la mítica serie de televisión emitida por la NBC en los años 60 El agente de C.Y.P.O.L., que narraba las peripecias de un espía americano y uno ruso colaborando en pleno contexto de Guerra Fría para combatir a organizaciones secretas que atentaban contra el equilibrio del poder en el mundo.

El agente de C.Y.P.O.L., fue una adaptación de una novela menos conocida de Ian Fleming -el creador de 007-, y conjugando con originalidad buenos argumentos e intérpretes con carisma y buena química, tuvo un gran éxito y masificó el género de espías en un contexto que ya había expandido películas como James Bond -Agente 007 contra el Dr. No -Terence Young, 1962- y Cortina rasgada -Alfred Hitchcock, 1966-, además de series como la famosa Superagente 86 -Mel Brooks, Buck Henry, 1965-1970-, por citar algunos ejemplos.La interpretaban Robert Vaughn -el agente Napoleón Solo-, David McCallum -el agente Illya Kuriakyn- y Leo G. Carroll -Waverly, como el jefe-, miembros de una organización cuyo centro operativo se hallaba disimulado en el interior de una sastrería. Su popularidad inspiró varios largometrajes.

Guy Ritchie nos trae ahora una nueva versión, protagonizada por Henry Cavill -Solo-, Armie Hammer -Kuriakyn- y Hugh Grant -Waverly-, que no deja en ningún momento de invocar referencias a una época donde los vinilos de rock, vestidos de colores lisérgicos, la elegancia de los trajes de tres piezas, minifaldas y otros aspectos más delirantemente pop, dan glamour a una trama sencilla pero con una propuesta estética y narrativa basada en un montaje paralelo que entretiene de comienzo a fin.

Con una magnifica banda sonora -de Daniel Pemberton, compositor de amplia trayectoria televisiva- tan ecléctica como acertada, y respetando el espíritu original de la serie en cuanto a ambientación, Ritchie utiliza las pantallas divididas para dinamizar las diferentes secuencias de acción de una historia con giros predecibles que recuerda a todos los clichés asociados al género, pero con su personal estilo. La escena inicial con la persecución -poderosa tanto en el apartado visual como narrativo-, junto al encuentro de espías en la cafetería del parque y la escena de Solo en el camión, degustando un buen vino italiano mientras su colega huye en lancha de sus perseguidores, son algunos de los mejores momentos del film.

Ritchie inventa un pasado -que en la serie no tienen- para estos personajes y los enriquece, pero no puede evitar caer en los estereotipos y asociarlos a personajes de James Bond.Tal vez el punto más flojo del film radique en la química entre los dos actores protagonistas, Henry Caill y Armie Hammer, que no funciona del todo bien y sus actuaciones solo transitan como elementos indispensables para el desarrollo de la trama pero sin llegar a conectar del todo con el espectador.Diferente de la gran actuación, entre sexy y astuta, que desprende Alicia Vikander en cada plano, cerrando el triángulo de agentes, acompañados por un sólido Hugh Grant en calidad de secundario de lujo.

El agente de C.Y.P.O.L. tiene estilo, buen ritmo y entretenimiento para evocar una época y un género que a algunos deleitará y a los más jóvenes gustará.