El acoso

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

CUANDO EL PODER SE VUELVE ABUSIVO

Las discusiones sociales de estos últimos años analizan con mucho interés el rol que ha ocupado la mujer en la historia y el que tiene ahora. En este sentido El acoso se enfoca en el abuso de poder en el ámbito laboral. Michal Aviad hace foco en la construcción del sentimiento de culpa de una mujer que sufre acoso por parte de su jefe.

Orna vive con su familia, que está compuesta por su esposo y sus tres hijos. Ellos tienen un negocio propio que no está rindiendo como debería. Es por esto que decide tomar un empleo dentro de una inmobiliaria, aún sabiendo que los horarios no serían tan claros. Estos límites desdibujados son el primer paso para que su jefe se tome ciertas atribuciones que no debe. Luego el film nos va mostrando cómo la protagonista, casi sin darse cuenta, va siendo cada vez más acorralada por este hombre. Vemos entonces cómo le dice lo que tiene que vestir y cómo comportarse, que en pleno trabajo pueden pasar como sugerencias necesarias. Esos pequeños detalles van generando una relación abusiva y difícil de distinguir para Orna.

El acoso logra construir todas las piezas que van haciendo posible que se entienda por qué una mujer no se siente con poder de irse o defenderse al momento de sufrir un abuso sexual. Muestra el grado de confusión que Orna atraviesa gracias a todos esos pequeños abusos que recibe antes de que la situación se vuelva más grave.

La película hace posible que se visualice la complejidad de la situación, no sólo desde los personajes involucrados sino también desde el esposo de Orna. Benny, el jefe, no tiene nunca remordimiento por sus acciones. Incluso este hombre se ofende, y es esa su principal arma, cuando ella no responde a sus pedidos. Este empresario hace todo para que el entorno de hombres de negocio registre que ella le pertenece. Orna oscila entre la necesidad laboral, sus motivaciones de crecimiento personal y cierto grado de convencimiento sobre lo que le debe a Benny por su amabilidad como empleador. Ofer, el marido de Orna, también juega un papel decisivo porque cuando ella le cuenta lo que le ha pasado, con todo el pudor de la situación, él no duda en juzgarla y ponerla en el lugar de la provocación.

Son las situaciones que va viviendo la protagonista las que logran cierta tensión en el relato. Pero no está exenta de ser un tanto previsible en cuanto a los giros. Sin embargo, el gran problema del film es la resolución que plantea. Tomando un rumbo esperanzador realiza un cierre que parece poco verosímil a lo que se había planteado hasta el momento. Esto peca de considerar el empoderamiento con liviandad, como una especie de epifanía. Sin embargo, así como supo reconocer que son todos aquellos pequeños detalles -que parecen menores- los que construyen la sumisión, no logra mostrar cómo romper con esto es también un trabajo minucioso y lento.