Eden

Crítica de Eliana Giménez - A Sala Llena

Si se hace de manera correcta, siempre resulta interesante sumergirse en una tribu urbana y ver cuáles son sus reglas, sus rutinas y las pequeñas cosas que la caracterizan. Mientras más completa sea la experiencia y más atención al detalle exista, más reales serán sus personajes y más vivida la historia. En esta ocasión, la directora Mia Hansen-Løve decide adentrarse en el universo de la música electrónica francesa a partir de la década de los noventa desde la mirada de un joven DJ llamado Paul.

El hecho de que Hansen-Løve escribió el guión junto a su hermano Sven, quien fue DJ durante su juventud, ayuda a presentar al submundo de la música electrónica como algo tangible y real. Gran parte de la película ocurre de noche durante las fiestas en casas o clubes nocturnos, donde Paul es DJ junto a uno de sus amigos. En esos momentos, las siluetas de los personajes se desdibujan en la oscuridad, luces de colores los iluminan y la música pasa a ser la protagonista. El ambiente lleno de vida, estilo y movimientos da ganas de trasladarse hasta allí y ser parte de la locura de la noche.

La mayoría de la música viene de la mano del talentoso y ultra famoso dúo Daft Punk. Incluso hay una especie de broma constante donde dos jóvenes dan sus nombres, Thomas y Guy-Manuel, en la entrada de un club para poder pasar. El guardia les reitera que no están en la lista hasta que aparece alguien que exclama “son Daft Punk” y ahí logran entrar: sin sus extraños cascos, los integrantes de Daft Punk son totalmente desconocidos.

Mientras Paul sigue intentando ser un gran DJ y vivir de eso, el resto de su vida se va complicando. Las líneas de cocaína, las noches en desvela, los problemas de sus amigos, las mujeres que entran y salen de su vida y su deuda creciente irán ahogándolo. El tiempo pasa, todo a su alrededor cambia pero Paul se mantiene igual.

Edén es una gran película sobre el ambiente de la música electrónica, la noche y los lugares donde reina y sus miles de devotos. Pero también es una película sobre el paso a la adultez y esa tarea extraña y complicada de dejar atrás sueños que no pueden ser, y tener que buscar maneras de adaptarse a las circunstancias y responsabilidades que vienen con los años.