Duro de cuidar

Crítica de Mariano Torres - Fuera de campo

Aunque los traductores no lo crean, el día llegará en que se acabarán los “Duro de…” para “interpretar” como nuevo título en español. Y ahí veremos qué sucede. Mientras tanto, nos tenemos que contentar con este “doblaje” forzoso que, de todos modos, teniendo en cuenta la película de la que se trata, no molesta. Y es que Duro de Cuidar es The Hitman’s Bodyguard (“El guardaespaldas del asesino” sería a lo sumo, lo cual tampoco es un gran título), un film que no se toma demasiado en serio, en buena parte porque sabe que no puede. Para ser completamente honestos, más que una película parece un proyecto destinado únicamente a financiar las vacaciones de quienes participan en ella. El despliegue de lugares turísticos es igual o mayor que el número de explosiones en pantallas, y el nulo cuidado de los efectos especiales y en especial los recortes por chroma o pantalla verde (no se ve algo tan mal integrado a la escena por lo menos desde el año ’85) no hacen más que confirmar lo anterior.

El montaje televisivo sumado a una muy poco inspirada selección musical para la banda sonora tampoco ayudan al desempeño de la película. Sin embargo, Duro de Cuidar no es mala. Sí, así como suena: es sumamente entretenida y su realizador, Patrick Hugues (cuyo antecedente es la también mediocre Los Indestructibles 3) parece saberlo, reposando en el hecho de que la química entre Samuel L. Jackson y Ryan Reynolds es tan grande que “nada más importa”. Lógicamente, se equivoca, pero su desacierto es menor: es cierto que esta buddy movie no tiene nada para ser recordada, pero también lo es que hay un cierto goce en ver disfrutar a actores que nos caen bien y que, sin duda, la están pasando muy bien mientras trabajan.

Así, los diálogos y situaciones disparatadas entre un guardaespaldas y el asesino a quien protege se suceden con buen timing de comedia, y Reynolds y Jackson se sacan chispas para ver quién es más ocurrente. La historia es una excusa, y aunque es evidente entra en el mismo código: no importa. El pretexto para introducir a Gary Oldman (repitiendo su rol de ruso malvado en Avión presidencial / Airforce One) es que éste es un dictador asesino que debe ahora comparecer ante la corte de La Haya, y claro que hará todo para quedar inocente. Así eso signifique eliminar a todos los testigos, como Jackson, un mercenario con consciencia y una moral un tanto ambigua.

Duro de Cuidar es la definición de película de verano, o más aún, esa que llega doblada al español neutro un sábado por la tarde. Para los memoriosos, es cine shampoo de la matinee de un fin de semana televisivo. No aporta nada ni tampoco molesta.