Duna

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

Hoy se estrena Duna (Dune,2021) en las salas de cine, una nueva transposición de la novela homónima de ciencia ficción escrita por Frank Herbert, publicada en 1965. No es la primera vez que se realiza una transposición cinematográfica del texto literario, en 1984 se estrenó una versión dirigida por el gran David Lynch y en el 2000 una miniserie de tres episodios.

Al comenzar el filme, aparece en pantalla un intertítulo que indica "Primera Parte", es decir, que la película ya está pensada como una parte a completarse con una segunda entrega. Si bien es cierto que ya es tediosa esta cuestión de que en el cine actual todo este pensado con el fin comercial de una saga, esto no sería un problema si el relato no se viera limitado por esta premisa. El mayor problema de la película es que es una primera parte que narrativamente no le brinda nada al espectador hasta la última media hora, de su injustificada duración de dos horas y media.

Si bien Duna tiene el acierto de despegarse de sus precedesoras y crear una maravillosa estética propia (tanto de escenografía como de vestuario) y de generar una peculiar atmósfera, en cuanto a lo rítmico y la acción es poco convincente y demasiado pausada.

El relato parece reducirse lamentablemente a un prólogo extenso que deja sabor a poco, incluso pocas ganas de ver su segunda parte.
A pesar de desarrollar muy bien, como un viaje de autoconocimiento, el estatuto de personaje de Paul Atreides (interpretado de forma convincente por Timothée Chalamet), el resto del sistema de personajes queda algo desdibujado. Aparecen muchos personajes relevantes y bien actuados pero que carecen de peso en el eje de acción.

Hasta ahora parece ser una fallida transposición de la novela, que no supo bien qué acciones seleccionar para hacer avanzar el relato de forma intrigante. Situada temporalmente en un futuro lejano, un elemento interesante y algo esbozado es la cuestión del intercambio y las diferencias culturales entre los planetas Caladan (casa de la familia noble de Atreides), Arrakis (el planeta de los siempre colonizados pero con recursos naturales), y el planeta de los Harkonnen.