Dulce país

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Un western  australiano, donde están todos los elementos del género, aunados a una  reflexión moral sobre las posibilidades de mejorar de una población con profundas raíces racistas con respecto aborígenes del lugar. Los integrantes de los pueblos originarios estaban obligados a trabajar prácticamente como esclavos, a cambio de casa y comida. Basado en una historia real, la idea de David Tranter, que escribió el guión con Steve McGregor, sedujo de inmediato al laureado director Warwick Thorton, descendiente de esos pueblos originarios, que recordó de inmediato las resonancias familiares de ese pasado. La acción la desencadena un veterano de la primera guerra mundial, racista recalcitrante, enloquecido y violento. Le pide “prestado” al predicador del lugar a sus trabajadores, abusa de ellos, los ataca y termina muerto. Y allí comienza una persecución y el intento de impartir justicia en esas tierras que se ven dominadas por el blanco invasor, arrogante y discriminador. Con saltos en el tiempo, con maravillosos y desolados paisajes, fotografiados con talento y por sobre todo con una mirada inteligente de cada uno de los personajes de la historia, sin ninguna concesión facilista, con todos los matices de una situación que expande sus características y lo contamina todo. Grandes actores, Sam Neill, Hamilton Morris y Bryan Brown.