Dulce de leche

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Es la mejor época de la vida

Humor, ingenuidad, travesuras típicas de la adolescencia, son partes de este filme, con muy buena música y fotografía.

Una lírica mirada sobre la adolescencia es la que se propuso dar Mariano Galperín en este filme sobre dos adolescentes, que se enamoran, en una pequeña ciudad del interior. La inocencia, la ingenuidad, la incomprensión de lo adultos, son parte de esta visión idílica, en la que lo más destacable son las actuaciones de Ailín Salas y Camilo Cuello Vitale, en los papeles de Ana y Luis.

Desde el guión Galperín y Martín Greco, hilvanan un filme casi obvio dentro de su problemática, en la que todo se desliza por cánones comunes, sin sorpresas: hay dos compañeros de colegio que se enamoran, un amigo que también está interesado en la chica, los jóvenes viven su primera noche de amor, los padres se oponen y surge un conflicto, que intenta separarlos. Pero como en una fantasía romántica, el final parece extraído de un filme de los "60. El director ha dicho que "Dulce de leche" está inspirada en "Melody", la película de aquella época de Ken Russell.

"Dulce de leche" es la tradicional confitura argentina que hace la abuela de la protagonista, una bellísima Ailín Salas, quien como Ana, está más dispuesta a llevar adelante sus planes en relación con Luis (Camilo Cuello Vitale), el novio.

Humor, ingenuidad, travesuras típicas de la adolescencia, son partes de este filme, con muy buena música y fotografía.