Dry Martina

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

El director chileno Che Sandoval (Te creís la más linda, pero erís la más puta y Soy mucho mejor que voh) presenta su nueva película Dry Martina.
El relato comienza con Martina, una cantante argentina que ha conseguido un éxito pero que después de un quiebre emocional deja el canto. Una noche toca a su puerta Francisca, una chilena fanática de ella que le dice que es su hermana perdida y que tiene que ir a Chile para conocer a su verdadero padre. La acompaña su pareja César, quien no tardará en encontrar una relación amorosa con Martina y ella en desear estar con él a toda costa.

La tercera película del director abandona los puntos de vista masculinos para centrarse en dos protagonistas femeninas: Martina (Antonella Costa) y Francisca (Geraldine Neary o Dindi Jane). Ambas actrices entienden perfectamente sus papeles, no sólo porque funcionan y están bien escritos en el relato, sino porque impregnan de simpatía a sus personajes.

La historia atraviesa varios puntos, desde el deseo hasta los conceptos de familia. Habla del sexo como un arma más que como una consecuencia del amor. Profundiza en el vacío emocional de la protagonista que sólo puede ser llenado por diversos hombres que entran en su vida. Esta espiral descendente, pero a su vez cíclica del relato, podría ser contada como un drama pero Sandoval elige el humor negro.