Drive

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

El hombre sin futuro

Un hombre se presenta como conductor ante un par de asaltantes. Dice poder cumplir su misión, llevarlos, darles un margen para su huida. Sus gestos son de una frialdad herética. Ese es nuestro protagonista, un hombre que "conduce" (interpretado por Ryan Gosling), un personaje austero que no teme porque no siente. Su hogar, al igual que el del clásico film El Samurai con Alain Delon (del gran Melville) parece de tránsito, el de un hombre sin pasado, sin palabras, pero que acciona.

Pero este conductor conocerá a una vecina. Sus cruces iniciales son difusos, inasibles, fantasmas en departamentos de mala muerte. La decisión de acercarse a ella cambiara la historia de un hombre preso de un código de samurai. Implicarse con esta mujer, y ayudar luego también a su marido (recién liberado de prisión) será la perdición. Ese vínculo es el nacimiento de un amor por Irene (Carey Mulligan), máxima traición a su soledad.

Driver (Gosling) es además doble de riesgo y trabaja en un taller mecánico. La persona que lo acogió cuando llegó a California fue Shannon (Bryan Cranston de la serie Breaking Bad), un padre sustituto fracasado, este es quien lo conecta a dos "financistas" para poder correr en forma profesional. Esos son Nino (Ron Pearlman) y Bernie Rose (Albert Brooks), el primero aparenta una peligrosidad exacerbada, el segundo sabe de que es capaz, no necesita alardear de ello. En este film el que menos demuestra logra ser más peligroso.

Aparte de destacarse por una austeridad notable, el film utiliza una genial banda sonora y remite estéticamente a los ochentas. La puesta en escena, ese vacío expuesto en el plano, tiene reminiscencias al cine de Kubrick, así también los sonidos de sintetizador siempre omnipresentes. El director Nicolas Winding Refn no deja nada al azar, cada acción tendrá una razón de ser, entregando una película cruenta, de miradas de seres que buscan lo soñado, algún amor, algún dinero. ¿Cual es el más honorable? Difícil definirlo cuando estamos en esa tierra prometida llamada California. Lugar donde se tejen más fracasos que sueños.

El film se apoya en una narración serena, cortada con los arranques de violencia seca y destructiva. Las persecuciones en los autos son menores considerando el punto de inicio, no se busca la espectacularidad, el film reposa para explotar súbitamente, volantazos que marcan el pavimento dejando un trazo de melancolía. Logra trasnmitir la tristeza de un sueño que ya no será, el vacío que deja detrás un auto que se pierde en el horizonte.