Drive my car

Crítica de Fredy Friedlander - A Sala Llena

Hace apenas cuatro años, casi nadie conocía a Ryosuke Hamaguchi, director de Drive My Car

Todo empezó en 2018 cuando Francia lo descubrió, integrando Asako I & II la Competencia Oficial del Festival de Cannes. Simultáneamente en ese mismo mes de mayo y en tres semanas consecutivas se estrenó Happy Hour, su film inmediatamente anterior de 2015. En Francia se lo conoció con el nombre de Senses, de más de cinco horas de duración, dividido en tres partes (1 & 2, 3 & 4 y 5).

2021 aparece como el año de consolidación de la figura de Hamaguchi, ya que el Oso de Plata (Grand Prix) del Festival de Berlin se lo llevó Wheel of Fortune and Fantasy.

En el reciente Festival de Cannes (julio de 2021), Drive My Car, un nuevo largometraje de Hamaguchi, compitió en la Selección Oficial y quizás mereció llevarse la Palma de Oro, contentándose con el Premio al mejor guion, así como el otorgado por FIPRESCI.

Drive My Car es un extenso film, de tres horas de duración, que, pese a no estar dividido en capítulos, los tiene implícitamente asumidos.

El primero, alrededor de un cuarto del metraje total, termina con los títulos del film, que normalmente aparecen al inicio o final del mismo. Allí se nos presenta a Yusuke Kafuku (Hidetoshi Nishijima) uno de los dos personajes centrales, actor y director de teatro que está montando una versión en japonés de “Tio Vania” de Anton Chejov. Oto, la esposa de Kafuku, no le es fiel. Así lo comprueba cuando, al enterarse en el aeropuerto de la suspensión de su vuelo, regresa a su casa y la ve manteniendo relaciones sexuales con Koji Takatushi, uno de sus jóvenes actores. Los amantes no lo perciben y él prefiere irse a un hotel en el aeropuerto de Narita.

La acción se traslada una semana más tarde; semana en la que ocurrirán dos hechos de gran significación en su vida. El primero es un accidente en su auto donde casi pierde la vista y el segundo es la muerte de su esposa por una inesperada hemorragia cerebral.

El segundo “capítulo”, el más extenso, ocupa la mitad de toda la obra y es el que da sentido al nombre del film. Es cuando aparece Misaki (Toko Miura), la joven que con su auto se desplaza por Hiroshima, lugar donde será representada “Tío Vania”. Los productores le asignan una casa en una isla vecina, ideal para que dé rienda suelta a su inspiración. Casi podría afirmarse que los noventa minutos que dura este tramo conforman un relato completo, siendo lo más sustancioso del conjunto.

Por un lado los ensayos con una decena de actores, uno de los cuales es nada menos que el joven Koji, que ignora que Kafuku se enteró del affaire con su esposa. Lo notable (y diferente) de la mentalidad japonesa es que no hay un deseo de venganza, como se irá verificando en los diálogos de ambos personajes masculinos.

Por otra parte, la relación entre Misaki y Kafuku no será exactamente la que un film occidental plantearía. La sencillez de la conductora del auto contrasta con el nivel cultural e intelectual del actor, y sin embargo hay algo que los une: el dolor de sendas pérdidas, que el espectador irá descubriendo. Un viaje en auto al norte de Japón (Hokaido), de donde ella procede, será muy revelador para Kafuku.

En el medio de este segmento intermedio, el film alcanzará un notable pico emocional cuando se descubra algo que estaba oculto y que tiene que ver con una de las actrices del elenco. Ella es bella, de enorme talento y calidez. También es (gran singularidad) sordomuda.

El último capítulo plantea un momento de cierto dramatismo cuando la representación de la obra corre el riesgo de ser anulada. Allí reaparecerá la imagen de Oto, la esposa fallecida, y en algún momento esa angustiante ausencia será admirablemente llenada por la afectuosa compañía de Misaki.

Drive My Car es una obra basada en un cuento de Murakami. Seguramente tanto Hiroshima como la menos japonesa Hokaido fueron lugares elegidos, no en forma azarosa, por Hamaguchi. El director de apenas 42 años ya fue revelado al público argentino en el BAFICI de 2018. Sólo falta que un distribuidor local decida adquirir Drive My Car, una obra mayor de la cinematografía nipona.