Dragon Ball Super: Broly

Crítica de Gastón Navarro - EL LADO G

Dragon Ball Super: Broly es una mezcla de elementos ya vistos en la historia del anime, con una vuelta de tuerca que no termina de funcionar a la perfección, aunque entretiene y brinda una excelente batalla.

Una franquicia que no deja de generar ganancias y obviamente, nuevos seguidores alrededor del mundo, eso es Dragon Ball. Su creador Akira Toriyama luego de una emocionante temporada en la serie Dragon Ball Super, se encargó de escribir el guión de esta nueva película y el desarrollo de personajes conocidos por los fans como Broly, Paragus y Bardock, guerreros de la raza Saiyajin que fueron adaptados por Toei Animation en películas de los 90s, pero sin el control creativo del mangaka. Mezclando varios elementos que se unen entre la breve adaptación del manga especial escrito e ilustrado por Toriyama (Dragon Ball Minus), el exterminio del Planeta Vegeta por Freezer y la continuación del torneo de poder en DB Super, esta película no se anda con muchas vueltas y es básicamente un espectáculo visual de Goku y Vegeta luchando contra Broly.

El inicio del film es de lo más raro o poco inusual en Dragon Ball, ya que se cuenta finalmente el verdadero origen de la llegada de Goku a la Tierra. Sí, rompiendo y barriendo con todo lo que se ha visto hace más de 30 años, Toriyama presenta lo que para él es el verdadero origen de Kakaroto. Lo masticas y lo digerís o simplemente te cae mal. No hay grises e intentar cambiar algo que ya se encuentra en el inconsciente colectivo de los seguidores, es una jugada arriesgada. Aunque a estas alturas del partido, cualquier cosa se puede esperar.

Los personajes principales y los más conocidos están muy bien, respetando su identidad y generando ese sentimiento de amor por todo este tiempo sin verlos. Goku, Vegeta y Bulma se lucen obviamente, mientras que lo de Freezer ya roza lo ridículo. Sus motivaciones y el odio hacía la raza sigue estando, pero la manera que fueron tratando al que supo ser el mejor villano de la historia, da pena, bronca y tristeza.

La estrella y quien lleva su nombre en el título es Broly. Su personaje, finalmente cae en manos de Akira Toriyama y como la mayoría de sus creaciones, recibe un poco más de trasfondo a diferencia del monstruo gigante que solo gritaba Kakaroto. Su origen es de lo más interesante y desde ya, resulta más lógico para la historia, las razones de su odio y fuerza ilimitada que haber nacido al lado de un bebé (Goku) que no paraba de llorar. El diseño del personaje presenta algunas diferencias con el “viejo Broly” y hasta podemos ver un lado sentimental que nunca se había conocido. Su padre, Paragus, sigue siendo ese villano con intenciones oscuras que se hace odiar muy fácilmente, aunque al mismo tiempo, se entienden sus motivaciones.

Sin dudas, lo más importante de este largometraje son las peleas y claramente no hay lugar para la lógica. Cuando vean el film, las piñas ocurrirán de un segundo para el otro y a nadie le parecerá extraño, todo lo contrario, será una satisfacción por encontrarse con lo que uno fue a buscar. El espectador que sigue la serie actual, se encontrará con un nivel altísimo de animación como suelen ocurrir en los episodios más determinantes de Dragon Ball Super, pero llevado a niveles extremos. Una mezcla perfecta entre trazos simples con escenarios 3D que literalmente te vuelan la peluca. Las líneas definidas y dibujos de Toyotarō, uno de los súbditos favoritos de Toriyama, son de las cosas más hermosas que se han visto en la historia de Dragon Ball. Retomando el aspecto clásico de los dibujos y llevándolo a otro nivel, así se presentan los personajes de esta producción que maneja unas coreografías de peleas exquisitas, planos, fotografías y secuencias que nunca logran repetirse. Todo va a una velocidad aumentada, con una música digna de película, por lo que deberán estar muy atentos para seguir esta vibrante batalla.

El final, como viene sucediendo con las últimas movies de Dragon Ball, deja la puerta abierta para seguir avanzando con los nuevos personajes y no cierran de manera definitiva al argumento como solía suceder con las pelis de antes. Sin embargo, Dragon Ball Super: Broly cumple su objetivo de entretener y hacer vibrar por varios minutos a los fans con peleas y momentos de gran nivel, utilizando y combinando recursos nuevos con fórmulas que triunfaron en el pasado.